El presidente Gustavo Petro anunció que el incremento del salario mínimo para 2026 adoptará el concepto de «mínimo vital». Esta medida busca garantizar un nivel de vida digno para las familias trabajadoras, basándose en lineamientos de la Organización Internacional del Trabajo y superando la tradicional visión de remuneración individual.
El mandatario explicó que este cambio implica calcular la remuneración según el costo de una canasta básica familiar. No se trata solo de un ajuste por inflación, sino de evaluar cuántas personas trabajan en promedio en un hogar y qué recursos requieren para cubrir sus necesidades. Según el jefe de Estado, esta metodología permitirá que el decreto de aumento mantenga un enfoque estrictamente social y familiar.
En términos técnicos, el salario mínimo vital propuesto por la OIT se define como el ingreso necesario para proporcionar un estándar de vida decoroso. Petro enfatizó que el pago debe dejar de ser una compensación individual para transformarse en un sustento colectivo. Con este enfoque, el Gobierno nacional pretende que el poder adquisitivo de los hogares colombianos se fortalezca de manera definitiva frente al costo de vida.
Durante su alocución, el presidente defendió su política salarial, destacando un crecimiento real del 17,7% en el poder de compra entre 2023 y 2025. Comparó estas cifras con el retroceso observado en el cuatrienio anterior, asegurando que su administración ha generado mayor riqueza para el pueblo. En 2025, el salario base se situó en 1.423.500 pesos, tras un incremento del 9,54% decretado unilateralmente por el Ejecutivo.
La expectativa para 2026 es alta, ya que diversos sectores proyectan un ajuste que superaría el 10%. El mandatario aseguró que el nuevo valor será superior para consolidar la tendencia de recuperación económica popular en el país. Al considerar el factor familiar en la ecuación, el decreto buscará blindar a los trabajadores ante las fluctuaciones del mercado y las variables macroeconómicas que impactan directamente el consumo interno.
La formalización del aumento se dará mediante un decreto que el Ejecutivo expedirá en las próximas horas. Este documento detallará el porcentaje exacto de alza y los criterios técnicos derivados de la canasta mínima vital. Para el sector productivo, el reto consistirá en asimilar un incremento de dos dígitos en un contexto donde el Gobierno prioriza la dignidad laboral sobre la concertación tradicional con los gremios empresariales.
