El oro rompe barrera histórica de US$4.400 impulsado por el recorte de tasas

El oro al contado superó por primera vez los US$4.400 la onza, alcanzando un máximo histórico de US$4.420,01 durante la jornada del lunes. Este movimiento consolida un avance anual del 68%, el mayor crecimiento registrado para el metal precioso desde 1979, impulsado por la flexibilización monetaria en Estados Unidos y la inestabilidad geopolítica global.

La escalada del lingote responde a una combinación de factores macroeconómicos. El principal motor ha sido la expectativa de nuevos recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed). Históricamente, los activos que no generan rendimientos fijos, como el oro, se vuelven más atractivos cuando las tasas bajan, ya que el costo de oportunidad de mantenerlos disminuye. A esto se suma un dólar que se encamina a su caída anual más pronunciada desde 2017, facilitando la compra del metal para inversores extranjeros.

La racha alcista no se limita al oro. La plata también alcanzó un nuevo máximo histórico de US$69,44 por onza, acumulando una valorización del 139% en lo que va de 2025. Según analistas de UBS, este comportamiento refleja un apetito generalizado por materias primas ante la percepción de que la inflación podría ser más persistente de lo previsto en el mediano plazo.

A diferencia del oro, la plata cuenta con un fuerte componente industrial. Daniel Henao, presidente de Mineros, ha señalado que la demanda en los sectores fotovoltaico y electrónico está absorbiendo la oferta disponible, la cual se mantiene inelástica frente a las variaciones de precio. Este déficit estructural de oferta, sumado a su rol como activo refugio, ha catapultado su cotización por encima de otros metales básicos.

Perspectivas y refugio ante la incertidumbre

El panorama para 2026 sugiere que la tendencia alcista se mantendrá. Las compras estratégicas de los bancos centrales y la tensión comercial internacional continúan alimentando el flujo hacia activos de seguridad. Factores específicos de la coyuntura política, como el discurso del gobierno estadounidense respecto a la situación en Venezuela, han añadido una prima de riesgo que favorece la valorización de estos activos.

Con proyecciones que sitúan al oro cerca de los US$4.500 la onza para el próximo año, el mercado de metales preciosos se posiciona como el gran ganador del 2025. El platino y el paladio también han mostrado recuperaciones significativas, alcanzando máximos de 17 y 3 años respectivamente, lo que confirma un ciclo de «supercommodities» impulsado por la liquidez global y la búsqueda de valor real frente a la volatilidad de las divisas tradicionales.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *