La publicación del IPC de noviembre por parte del DANE, que ubicó la inflación anual en 5,30%, reactivó el debate sobre el ajuste del salario mínimo para 2026. Este indicador se convierte en uno de los insumos centrales de la mesa de concertación, donde sindicatos, gremios y Gobierno iniciaron negociaciones desde el 1 de diciembre.
El dato confirmó que en noviembre la inflación mensual fue de 0,07%, mientras que la variación año corrido llegó a 4,82%. Las presiones provinieron, principalmente, de gastos asociados a alojamiento y servicios públicos, así como de restaurantes y hoteles, mientras que los mayores incrementos se dieron en salud (0,71%) y bebidas alcohólicas y tabaco (0,44%).
Si el incremento se definiera únicamente con base en la variación anual del IPC, el salario mínimo vigente, $1.423.500 en 2025, tendría un aumento equivalente al 5,30%, lo que representa $75.445 adicionales. Bajo este criterio, el salario mínimo proyectado para 2026 se ubicaría alrededor de $1.498.946, una cifra considerablemente más baja frente a propuestas que buscan un aumento de doble dígito.

A esta cifra se suma el auxilio de transporte, fijado actualmente en $200.000, aunque su ajuste también está en discusión. De mantenerse el valor, el ingreso total mensual quedaría en $1.698.946, aunque el subsidio podría elevarse según el porcentaje final pactado.
La propuesta del 13,3% del Gobierno
En la contraparte, sindicatos y Gobierno sostienen que un aumento basado únicamente en inflación no compensaría la pérdida de poder adquisitivo de los hogares. La propuesta del ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, apunta a un incremento del 13,3%, sustentado en estudios de la OIT y en datos de la Encuesta Nacional de Presupuesto de los Hogares del DANE.

Con esta fórmula, el salario mínimo para 2026 ascendería a $1.613.426, es decir, casi $190.000 adicionales sobre el actual. Si el auxilio de transporte también aumenta bajo el mismo parámetro, pasaría a ubicarse entre $222.000 y $226.000, según el porcentaje final aprobado.
El dato de inflación marca la ruta que seguirá la mesa de concertación en los próximos días. Con las cifras ya sobre la mesa, las partes deberán acercar posiciones entre una fórmula atada al IPC y una propuesta que busca avanzar hacia un concepto de “salario vital y móvil”. El resultado definirá el ingreso de millones de trabajadores y el pulso entre sostenibilidad empresarial y capacidad adquisitiva en 2026.
