Banco de la República admite que falló en sus proyecciones de inflación en 2025

El gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, hizo este miércoles una de las declaraciones más directas y autocríticas del emisor en los últimos años, el banco central se equivocó en sus proyecciones. Las previsiones que a finales de 2024 apuntaban a una inflación en descenso, tasas de interés a la baja y un repunte del crecimiento económico no se cumplieron.

Durante su intervención en el foro Perspectivas Económicas 2026, organizado por Corficolombiana, Villar recordó que el equipo técnico proyectaba para este año una inflación convergiendo hacia la meta. Sin embargo, el indicador se mantuvo alrededor del 5,2 % en el primer semestre y luego repuntó hasta ubicarse en octubre en 5,5 %, es decir, 30 puntos básicos por encima del registro de hace un año. “La convicción era que la inflación podía bajar de manera significativa en 2025. Eso claramente no ocurrió”, admitió.

El mercado tampoco anticipó el giro. Hace 12 meses, las encuestas de analistas esperaban un cierre de inflación del 3,7 % para este año. Hoy, ese pronóstico supera el 5 %, un punto y medio por encima del cálculo anterior. Y para 2026, la situación tampoco será la prevista, el país no alcanzará el rango meta del 2 % al 4 %, y la inflación cerraría alrededor del 4,4 %, según las nuevas expectativas.

Villar explicó que varios choques domésticos alteraron por completo el escenario. Uno de los más determinantes fue el fuerte aumento del salario mínimo a finales de 2024 —y que se repetirá este año—, lo que presionó los costos y dificultó la convergencia inflacionaria. A esto se sumó el deterioro de la situación fiscal, que llevó a suspender la Regla Fiscal y a ajustar al alza las metas de déficit debido a menores ingresos y a un presupuesto más alto de lo esperado en el Marco Fiscal de Mediano Plazo.

La sorpresa también vino por el frente laboral. Aunque la tasa de desempleo cayó a mínimos no vistos en dos décadas, esa mejora no se tradujo en un aumento proporcional de la producción. Un mercado laboral fuerte sin mayor crecimiento termina generando más presión inflacionaria, señaló el gerente.

“Los retos para Colombia de recuperar la credibilidad en materia de inflación y en materia fiscal son muy grandes y van a estar presentes durante todo el año entrante”, advirtió Villar, recalcando que el desafío será profundo para cualquier administración.

La apreciación del peso: ¿fenómeno global o efecto local?

El gerente también se refirió al peso colombiano, que se ha apreciado cerca del 15 % en el último año. Según su lectura, la valorización responde en gran medida a la depreciación global del dólar, una tendencia que también favoreció al euro y a otras monedas latinoamericanas.

No obstante, reconoció que existe un componente doméstico. Aunque algunos analistas lo atribuyen a las tasas altas mantenidas por el Banco de la República frente a la estrategia más expansiva de la Reserva Federal, Villar cuestiona esa tesis, la inversión extranjera en títulos de deuda colombiana ha sido negativa en los últimos meses. La hipótesis con más fuerza, señaló, es la monetización de recursos provenientes de emisiones externas del Gobierno para cubrir el déficit fiscal.

Sea cual sea la explicación dominante, lo cierto es que la apreciación ha mitigado una inflación que, de otro modo, sería más alta.

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