Definen el calendario para la designación del salario mínimo en 2026

La discusión para fijar el salario mínimo que regirá en Colombia en 2026 ya tiene hoja de ruta. El Ministerio del Trabajo instaló la primera sesión de la Comisión de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, en la que se acordó el calendario de trabajo y se socializó el insumo técnico de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que será una de las referencias clave durante las próximas semanas.

La sesión estuvo presidida por el ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, y contó con la participación de representantes del Gobierno, las centrales obreras y los gremios. El encuentro abrió oficialmente el proceso anual de negociación, que este año llega con un ingrediente adicional, el concepto de “salario vital” publicado por la OIT, que plantea un ingreso cercano a los $3 millones para sostener a una familia de cuatro personas. Aunque el Ministerio aclaró que no se trata de una cifra vinculante, sí será considerada como referencia en el análisis de variables macroeconómicas.

El contexto económico también será determinante. La inflación mantiene una trayectoria a la baja, el desempleo se ubicó en 8,2% en septiembre —su nivel más bajo del siglo— y el PIB creció 3,6% en el tercer trimestre, el mayor avance en tres años. Estos indicadores serán parte del soporte técnico con el que cada sector llegará a la mesa.

Las fechas clave de la negociación

El calendario acordado establece una ruta de trabajo ajustada a la normatividad vigente:

  • 28 de noviembre: reunión de la subcomisión de productividad, donde el Dane presentará el informe de Productividad Total de los Factores.
  • 1 de diciembre: instalación oficial de la mesa de concertación, con la presentación del PIB hasta el tercer trimestre, las cuentas nacionales de transferencias y la situación del mercado laboral.
  • 5 de diciembre: el Dane revelará el dato de inflación, insumo decisivo para evaluar el impacto del costo de vida.
  • 9 de diciembre: el Banco de la República presentará su panorama macroeconómico e inflación proyectada. Los sectores también empezarán a socializar sus primeras ofertas de incremento.
  • 11 y 12 de diciembre: jornadas de concertación y análisis técnico.
  • 15 de diciembre: vence el primer plazo legal para un acuerdo.
  • 16 y 17 de diciembre: presentación de salvedades por parte de cada sector.
  • 18 y 19 de diciembre: sesiones para evaluar dichas salvedades.
  • Semana del 22 al 26 de diciembre: jornadas extraordinarias (excepto el 25).
  • 30 de diciembre: fecha límite para expedir el decreto en caso de no haber concertación.

Para este proceso, el Gobierno insistió en que mantendrá lo que Sanguino describió como una “vocación de aumento real”, recordando que desde el inicio del actual gobierno el salario mínimo ha subido 37,6%, impulsado principalmente por el incremento del 16% en 2023, que buscó compensar una inflación cercana al 13%.

Un debate que llega con presiones y señales mixtas

Aunque los indicadores recientes muestran una economía más dinámica, el debate no estará exento de tensiones. La recuperación del PIB convive con sectores que aún muestran debilidad, mientras que la inflación, aunque más moderada, sigue por encima del objetivo del Banco de la República. En paralelo, el mercado laboral continúa con brechas estructurales y un alto nivel de informalidad, que supera el 55% en las principales ciudades.

Todo esto obligará a una discusión equilibrada entre la necesidad de proteger el poder adquisitivo de los hogares y la capacidad real de las empresas para asumir mayores costos laborales en un entorno económico que apenas retoma dinamismo.

Con la presentación del calendario, el Gobierno dejó en claro que la negociación se basará en criterios técnicos y en el seguimiento a las recomendaciones de la OIT. La referencia de un salario vital seguirá siendo un punto de fondo que, aunque no defina directamente la cifra final, sí influirá en la narrativa de la discusión.

La decisión, como cada año, tendrá efectos transversales sobre consumo, productividad, contratación y competitividad. Y, como ocurre en cada ciclo, el desafío será encontrar un punto de equilibrio que permita avanzar hacia un ingreso más digno sin frenar la reactivación económica.

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