La reforma tributaria del Gobierno quedó prácticamente condenada a hundirse antes de iniciar su discusión formal en el Congreso. Doce senadores de las Comisiones Tercera y Cuarta anunciaron que radicarán una ponencia de archivo, consolidando las mayorías necesarias para frenar el proyecto desde su primer debate.

El documento, que será presentado la próxima semana, fue firmado por legisladores de varias bancadas:
Efraín Cepeda y Liliana Bitar (Conservador), José Alfredo Gnecco y Juan Carlos Garcés (Partido de la U), Antonio Zabaraín y Julio González Villa (Cambio Radical), Juan Pablo Gallo, Karina Espinosa y Mauricio Gómez Amín (Liberal), Jairo Castellanos, presidente de la Comisión Tercera, y Ciro Ramírez y María Angélica Guerra (Centro Democrático).

Con estas firmas, la reforma (que buscaba recaudar más de 16 billones de pesos) pierde apoyo decisivo en las Comisiones Económicas, donde los proyectos de este tipo deben obtener aval para avanzar al pleno.

Críticas desde las Comisiones Económicas

El presidente de la Comisión Cuarta del Senado, Enrique Cabrales, reiteró su rechazo a la iniciativa, afirmando que las medidas propuestas afectan directamente a los ciudadanos. Según dijo, el Gobierno pretende aumentar impuestos como el IVA a la gasolina, elevar los costos de los tiquetes, el gas, los licores y los cigarrillos, además de aplicar un recargo del 19% a productos importados.

Cabrales aseguró que la reforma representa “un recaudo desesperado” y que golpea la canasta familiar, al tiempo que incrementa los costos para el consumidor final. Su posición confirma que en la Comisión Cuarta también habría suficientes votos para archivar la propuesta.

Un debate que ni siquiera ha empezado

El proyecto aún no ha sido presentado formalmente por el ministro de Hacienda, Germán Ávila, quien expondrá sus detalles el próximo martes 25 de noviembre ante las Comisiones Tercera y Cuarta. Sin embargo, la reforma ya enfrenta un panorama adverso.

La sesión conjunta prevista para esta semana tuvo que aplazarse por un error de trámite de la mesa directiva de la Cámara, que no emitió la resolución necesaria para autorizar la reunión. Ese retraso no modifica el escenario, con la ponencia negativa consolidada, la reforma llega debilitada al Congreso.

Aunque el Gobierno había mostrado disposición para ajustar algunos puntos y socializar el texto con los ponentes, la ponencia de archivo deja claro que las mayorías están inclinadas en contra. La resistencia de diversos partidos, sumada al argumento de que la reforma no es estructural y afecta al bolsillo de los colombianos, terminó cerrando el margen de maniobra para el Ejecutivo.

El futuro inmediato de la iniciativa es incierto, pero el consenso en las comisiones es evidente: la reforma tributaria podría quedar derrotada antes de la primera votación.