El mercado de criptomonedas enfrenta su fase más tensa en meses. El bitcoin cayó por debajo de los US$90.000 por primera vez desde abril, en un movimiento que refleja un deterioro acelerado del apetito por el riesgo ante la falta de señales claras de la Reserva Federal sobre futuros recortes de tasas. La criptomoneda líder perdió un 16% en el último mes y eliminó todas las ganancias acumuladas en 2024, marcando un retroceso cercano al 30% desde su máximo de US$126.000.

Este comportamiento se da en un entorno en el que los inversionistas están revaluando sus posiciones frente a activos volátiles, dada la probabilidad creciente de que la política monetaria estadounidense permanezca más restrictiva durante más tiempo. La combinación de cautela macroeconómica y liquidaciones institucionales ha consolidado una tendencia bajista que podría extenderse en las próximas semanas.

Hacia la noche del lunes, el precio del bitcoin tocó los US$89.426 y continuó operando cerca de ese nivel durante la sesión siguiente. Ether también cayó por debajo de los US$3.000, con una corrección superior al 5,6% en 24 horas, mientras que XRP, BNB y SOL registraron descensos entre el 3% y el 3,9%. Incluso Dogecoin se contrajo más de 3,8%.

El ajuste ha sido profundo a nivel de mercado, según CoinGecko, se han evaporado cerca de US$1,2 billones en capitalización total del sector en apenas seis semanas, lo que confirma una fase de corrección generalizada. Este comportamiento amplifica el impacto sobre fondos especializados, ETF cripto y plataformas de negociación, que dependen en gran medida del volumen transaccional.

El deterioro del sentimiento ha sido particularmente evidente en el mercado de derivados. De acuerdo con Bloomberg, los operadores están adquiriendo más opciones de protección ante escenarios de caídas hacia los US$85.000 o incluso US$80.000. Este tipo de coberturas, típicas en episodios de alta volatilidad, indican que los participantes no anticipan un piso claro en el corto plazo.

El desempeño del bitcoin seguirá dependiendo de tres factores, la señal monetaria de la Reserva Federal en diciembre, el comportamiento del flujo institucional y los avances en el proceso de reparaciones de Mt. Gox. De mantenerse las tasas elevadas y continuar la salida de capital, la tendencia bajista podría extenderse.

Aunque algunos inversionistas exploran oportunidades de entrada, el consenso entre operadores apunta a que el mercado aún no ha definido un piso claro. La volatilidad seguirá siendo el rasgo dominante mientras persista la incertidumbre macroeconómica.