Buenas noticias para Colombia: EE. UU. elimina aranceles al café

La decisión del Gobierno de Estados Unidos de retirar los aranceles al café de todos los países productores marca un punto de inflexión para el comercio del grano y abre una oportunidad decisiva para Colombia. El mercado estadounidense sigue siendo el destino más importante para el café nacional, por lo que una reducción de costos de entrada modifica de inmediato el escenario competitivo frente a gigantes como Brasil o Vietnam.

La Federación Nacional de Cafeteros (FNC) celebró la medida y la atribuyó a una gestión diplomática prolongada con actores clave del Congreso estadounidense. Según Germán Bahamón Jaramillo, gerente del gremio, la argumentación se centró en demostrar que mantener aranceles elevaba el precio final para consumidores en plena inflación y afectaba la sostenibilidad de los productores. La decisión, aseguró, refleja una comprensión más integral del rol del café en la economía estadounidense y del esfuerzo que hacen los países de origen para mantener estándares de calidad.

Para Colombia, la eliminación de estos gravámenes implica un alivio tangible en costos logísticos y tributarios, lo que mejora los márgenes de rentabilidad en un momento de volatilidad internacional. Esto no solo fortalece la posición del café colombiano en el segmento de especialidad —en el que Estados Unidos concentra más del 40 % del consumo global—, sino que refuerza la diferenciación frente a competidores cuyo atractivo se basa principalmente en el precio.

El cambio también se traduce en condiciones más favorables para los exportadores que enfrentan presiones por la caída de precios internacionales y el aumento de costos de producción. Un entorno arancelario más neutral permite que la calidad y la trazabilidad —dos ventajas históricas de Colombia— ganen peso en la decisión de compra.

Bahamón advirtió que, aunque la noticia es positiva, la estrategia de internacionalización del sector no se detendrá aquí. La FNC busca replicar este tipo de gestiones en Medio Oriente, Europa, Asia y Oceanía para reducir el riesgo de depender de un solo mercado y ampliar la presencia global del grano colombiano. La meta es construir un portafolio de destinos más equilibrado que mantenga a Estados Unidos como socio clave, pero que distribuya la exposición frente a ciclos económicos o decisiones políticas.

Para los caficultores, esta medida representa un respiro en un año de desafíos por costos elevados y márgenes ajustados. Aunque no soluciona los problemas estructurales del sector, sí ofrece una ventana de competitividad en un mercado exigente y cada vez más sensible al precio, impulsando una recuperación que podría consolidarse si se acompaña de estabilidad cambiaria y mayor diversificación.

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