Wall Street abrió la semana con un tono claramente optimista y cerró este lunes con máximos históricos en sus principales indicadores, impulsado por el anuncio de un acuerdo comercial “preliminar” entre Estados Unidos y China, alcanzado durante el fin de semana en Kuala Lumpur.

El Dow Jones de Industriales subió un 0,71 %, alcanzando los 47.544 puntos; el S&P 500 avanzó un 1,23 %, hasta 6.875 unidades, y el Nasdaq registró un alza de 1,86 %, hasta 23.637 puntos. Incluso el Russell 2000, índice que agrupa a empresas de menor capitalización, alcanzó un nuevo máximo, reflejando la extensión del entusiasmo a todo el mercado.

El pacto entre Washington y Pekín, que busca allanar el camino para poner fin a la prolongada guerra comercial, se produce en vísperas del esperado encuentro entre Donald Trump y Xi Jinping, previsto para el jueves en Corea del Sur. Según Trump, el objetivo es “obtener un buen acuerdo” que incluya temas sensibles como la regulación de TikTok, los controles a las exportaciones, la suspensión de aranceles y la cooperación en materia de fentanilo.

El efecto se sintió de inmediato en el sector tecnológico, uno de los más golpeados por las tensiones comerciales. Nvidia subió un 2,8 %, Broadcom un 2,24 %, y AMD un 2,7 %. Por su parte, Qualcomm se disparó un 11 % tras anunciar el lanzamiento de nuevos chips de inteligencia artificial, un movimiento que la pone en competencia directa con los gigantes del sector.

El impulso bursátil coincide con una semana crucial para los mercados globales. La Reserva Federal (Fed) inicia este martes su reunión de política monetaria, en la que se espera un nuevo recorte de tasas de interés para sostener el ritmo de la economía estadounidense. En paralelo, inversores y analistas seguirán de cerca los resultados trimestrales de grandes tecnológicas como Alphabet, Amazon, Apple, Meta y Microsoft, en medio de las crecientes dudas sobre una posible burbuja en el sector de la inteligencia artificial.

El repunte de Wall Street no solo refleja el alivio de los mercados ante el nuevo escenario comercial, sino también la expectativa de que un entendimiento sólido entre las dos mayores economías del mundo pueda marcar el comienzo de una etapa de mayor estabilidad global.