EE. UU rompe negociaciones con Canadá e impone un alza del 10% en los aranceles

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un incremento del 10 % en los aranceles a Canadá como represalia por una campaña publicitaria de la provincia de Ontario que, según él, “tergiversó” un discurso histórico del expresidente Ronald Reagan. La medida, comunicada desde su red Truth Social, marca un nuevo episodio de tensión en las relaciones comerciales entre Washington y Ottawa.

Trump acusó al gobierno canadiense de permitir la emisión de un “anuncio fraudulento” durante la Serie Mundial de béisbol, en el que se utilizaban fragmentos editados del discurso de Reagan sobre libre comercio y competitividad. “Su publicidad debía ser retirada INMEDIATAMENTE, pero permitieron que se transmitiera sabiendo que era un fraude. Por eso estoy aumentando los aranceles a Canadá en un 10 % adicional”, escribió el mandatario.

La medida afecta principalmente sectores como el acero, el aluminio y la industria automotriz, pilares del intercambio entre ambos países. Estos aranceles, que se suman a las tarifas ya vigentes desde 2024, podrían tener efectos inmediatos sobre las exportaciones canadienses y presionar los costos de producción en el mercado norteamericano.

El gobierno de Canadá respondió con un tono moderado. Dominic Le Blanc, ministro de Asuntos Intergubernamentales, insistió en que Ottawa mantendrá “un diálogo constructivo” con Washington para proteger los intereses económicos de ambas naciones. También destacó que se están preparando “inversiones generacionales” para fortalecer la economía canadiense frente al nuevo entorno comercial.

El ministro principal de Ontario, Doug Ford, confirmó que el anuncio dejará de emitirse a partir del lunes, buscando facilitar la reanudación de las conversaciones bilaterales. Sin embargo, la decisión llega luego de que Trump declarara el rompimiento temporal de las negociaciones comerciales, justo cuando ambas partes se acercaban a un acuerdo sobre acero, aluminio y energía.

La relación económica entre Estados Unidos y Canadá, tradicionalmente una de las más sólidas del hemisferio, enfrenta así un nuevo desafío. Con este aumento de aranceles, la administración Trump busca enviar una señal política contundente, pero el impacto final recaerá sobre sectores productivos que dependen de una integración comercial profunda y de un flujo constante de bienes entre ambas economías.

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