El fortalecimiento del dólar, la digitalización del mercado y la búsqueda de estabilidad financiera están impulsando una ola creciente de colombianos que llevan su dinero a la Bolsa de Nueva York. Según datos de la escuela financiera Investopi, la inversión de nacionales en el mercado estadounidense aumentó entre 18% y 22% durante 2025, consolidando una tendencia que refleja un cambio estructural en los hábitos de ahorro e inversión del país.

Este fenómeno, que antes estaba restringido a grandes patrimonios, se ha democratizado gracias al auge de las plataformas digitales y la expansión de la educación financiera. “Hoy invertir en la Bolsa de Nueva York es más accesible que nunca, pues se puede empezar desde US$10 gracias a herramientas seguras y aplicaciones que facilitan el acceso al mercado estadounidense”, explican Juliana Matiz y Marcelo Granada, fundadores de Investopi.

La inversión en dólares se ha consolidado como un mecanismo de protección frente a la inflación y la devaluación del peso colombiano, que durante los últimos años ha oscilado entre episodios de alta volatilidad. La rentabilidad histórica del mercado estadounidense, que ha superado el 11% anual en promedio durante las dos últimas décadas, refuerza su atractivo como activo de largo plazo.

El contexto global también ha jugado a favor. Las tasas de interés más altas en Estados Unidos, combinadas con la percepción de estabilidad de su sistema financiero, han impulsado la migración de capitales desde economías emergentes hacia instrumentos dolarizados. A nivel local, este flujo se traduce en una mayor diversificación del ahorro y en un fortalecimiento del vínculo entre los inversionistas colombianos y los mercados internacionales.

Plataformas y cultura financiera en expansión

Aplicaciones como Trii, DolarApp y Hapi han permitido que miles de colombianos se conviertan en inversionistas minoristas de Wall Street, replicando el comportamiento de índices como el S&P 500 o el Nasdaq. Las acciones tecnológicas siguen siendo las favoritas, con Apple, Microsoft y Tesla a la cabeza de las preferencias, seguidas por los ETFs que ofrecen exposición diversificada a distintos sectores.

El auge también responde a un cambio cultural acelerado tras la pandemia. Miles de hogares comenzaron a priorizar la educación financiera y a buscar fuentes alternativas de ingreso. “Se trata de una nueva generación que busca construir seguridad financiera con decisiones inteligentes, no con miedo a la incertidumbre”, destacan Matiz y Granada.

Perfil del nuevo inversionista colombiano

De acuerdo con Investopi, entre los más de 300.000 estudiantes de su comunidad en América Latina, el perfil predominante corresponde a personas de 27 a 50 años, con una edad promedio de 44 años. La mayoría son profesionales o empleados en áreas como administración, ingeniería o derecho, residentes en las principales ciudades del país, Bogotá, Medellín y Cali.

En términos de hábitos financieros, el 83% afirma tener una rutina de ahorro mensual y el 81% mantiene un presupuesto definido. Sin embargo, el grupo más joven, entre 27 y 45 años, es el menos constante en la gestión de sus finanzas, pese a contar con ingresos estables.

Por nivel educativo, el 70% cuenta con formación universitaria o técnica, mientras que el 30% restante pertenece al segmento de trabajadores independientes o emprendedores. Este grupo, aunque con menor disciplina financiera, muestra un creciente interés por la educación práctica y la planificación de gastos.

En cuanto al género, la participación se mantiene equilibrada: 54% hombres y 46% mujeres, lo que demuestra que el interés por invertir y aprender sobre finanzas personales trasciende generaciones y perfiles socioeconómicos.

El salto del ahorro en pesos hacia la inversión en dólares evidencia una transformación silenciosa: la del inversionista colombiano que ya no mira solo al mercado local, sino que busca en Wall Street una vía para blindar su patrimonio y construir estabilidad a largo plazo.