El presidente Gustavo Petro anunció este lunes la suspensión “de facto” del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, en lo que constituye el mayor quiebre económico y diplomático entre ambos países en más de una década. La decisión llega en medio de una escalada de tensiones con la administración de Donald Trump, que en los últimos días impuso nuevos aranceles y lanzó fuertes acusaciones contra el mandatario colombiano.
En un mensaje difundido en su cuenta de X, Petro aseguró que el acuerdo quedó roto “por decisión unilateral del gobierno estadounidense”, luego de que Washington aplicara un arancel del 10 % a las exportaciones colombianas, lo que, según el presidente, viola las cláusulas esenciales del tratado comercial vigente desde 2012.
“El TLC está suspendido de facto. Al poner aranceles del 10%, ya se violó el tratado y quedaron nulas las antiguas preferencias arancelarias que mantenían a Colombia bajo control de Estados Unidos”, escribió el mandatario.
“Están rotas unilateralmente por EE.UU., no por nosotros, y nos dejan libres. Que no nos asuste ser libres, tenemos todo el mundo por delante”.
La suspensión del TLC marca un giro profundo en la política comercial colombiana. El tratado, que entró en vigor durante el gobierno de Juan Manuel Santos, abrió el mercado estadounidense a productos nacionales pero también expuso a los productores agrícolas locales a una competencia desigual, especialmente frente a los alimentos subsidiados del norte.
Durante sus más de diez años de vigencia, el acuerdo consolidó la dependencia del país de las exportaciones de petróleo y carbón, que representaron más del 70 % del comercio bilateral, mientras sectores industriales y agrícolas quedaron rezagados. Con su suspensión, el gobierno de Petro plantea reorientar el modelo hacia la autosuficiencia productiva y la diversificación de socios comerciales, en un contexto de creciente realineamiento global.
Consejo de ministros y respuesta económica
Petro convocó un Consejo de Ministros de emergencia para definir la “respuesta colombiana más inteligente a la amenaza irracional”, que incluirá a la canciller, la vicepresidenta, el ministro de Defensa y las carteras de Comercio y Agricultura.
El mandatario aseguró que su equipo ya tiene listos los decretos que “defienden el trabajo nacional y la vida humana”, y adelantó que la sesión será transmitida por canales públicos “para evitar burbujas desinformativas”.
De acuerdo con el Ministerio de Comercio, el Ejecutivo evaluará mecanismos para mitigar el impacto en las exportaciones y mantener los flujos de inversión, además de reforzar la estrategia de apertura hacia mercados asiáticos y europeos.
El reto inmediato será sostener la estabilidad cambiaria y contener presiones inflacionarias que podrían surgir por el encarecimiento de importaciones provenientes de EE.UU.
Un cierre de ciclo
El TLC con Estados Unidos fue presentado como un motor de desarrollo, pero sus resultados han sido dispares. En 2010, Colombia registraba un superávit comercial con Washington; en 2023, la balanza se tornó deficitaria en más de 3.000 millones de dólares, evidenciando la pérdida de competitividad y la dependencia del sector extractivo.
Con esta decisión, Petro busca dar por cerrado un ciclo de apertura desigual y avanzar hacia un modelo más soberano. Sin embargo, los expertos advierten que el desafío será mantener el acceso a mercados sin aislar a la economía colombiana.
La suspensión del TLC marca, en los hechos, el inicio de una nueva etapa de política económica, donde la independencia y la estabilidad deberán encontrar un delicado equilibrio.
Revista COP 