La presidenta de la Junta Directiva de Ecopetrol, Mónica de Greiff, oficializó su renuncia este martes reactivando un proceso de salida que se había postergado desde mayo. La decisión llega en medio de crecientes tensiones políticas y desacuerdos internos sobre la estrategia energética impulsada por el Gobierno nacional.
Fuentes del sector confirmaron que De Greiff presentó una carta a la dirección de la compañía solicitando hacer efectiva su dimisión de forma inmediata. La ejecutiva había anunciado su intención de retirarse en mayo de 2025, pero accedió a permanecer temporalmente en el cargo para no afectar el quórum legal exigido por la Ley de Cuotas, que obliga a que al menos el 30% de los miembros de las juntas directivas sean mujeres.
“Después de varias conversaciones con mis compañeros de junta, acepté mantenerme hasta la próxima asamblea, pero mi decisión de renunciar sigue en firme”, señaló De Greiff en su comunicación formal.
Su salida deja a la principal petrolera del país en un punto crítico, tanto en lo corporativo como en lo político, ya que el Gobierno deberá garantizar la continuidad de la paridad de género dentro del órgano rector.

Tensiones por Monómeros y el gas venezolano
La renuncia de De Greiff se produce en un contexto de choques internos por la orientación estratégica que ha tomado Ecopetrol bajo la administración de Gustavo Petro. Dos temas en particular habrían generado mayor fricción, la intención de adquirir Monómeros Colombo Venezolanos y la propuesta de importar gas desde Venezuela.
Ambas iniciativas, impulsadas desde el Ejecutivo, han generado resistencia dentro de la junta por su posible impacto reputacional y los riesgos de sanciones internacionales, considerando las restricciones de la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros de EE. UU.) sobre el régimen de Nicolás Maduro.

El ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, ha defendido la compra de gas venezolano como una medida para reducir el déficit energético, mientras que el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, ha advertido que la empresa “no cruzará la línea de las sanciones internacionales”.
Esa diferencia de posturas habría agudizado las tensiones entre el enfoque político del Gobierno y la visión técnica de la compañía.
Riesgos estratégicos y futuro incierto
Otro de los puntos de fricción ha sido la intención del presidente Petro de vender la participación de Ecopetrol en el negocio de fracking en la cuenca del Pérmian (EE. UU.), uno de los activos más rentables del grupo, que representa cerca del 13% de su producción total.
Analistas del sector consideran que una eventual venta reduciría los ingresos de la compañía y afectaría su estabilidad financiera en plena transición energética.
La salida definitiva de De Greiff —quien ha sido ministra de Justicia, presidenta de la Cámara de Comercio de Bogotá y embajadora— abre un nuevo capítulo de incertidumbre sobre la gobernanza corporativa de Ecopetrol, en momentos en que la empresa redefine su papel frente a la política energética del Gobierno y a las presiones internacionales por la descarbonización.
