En La Guajira, uno de los territorios con mayor potencial eólico de Colombia, Ecopetrol intenta reactivar un proyecto que había quedado en el limbo, Windpeshi. La compañía completó 15 de las 30 visitas programadas a comunidades wayuu de los municipios de Uribia y Maicao, con el fin de presentar el plan de trabajo, escuchar a las autoridades ancestrales y avanzar en los acuerdos de consulta previa.
La adquisición del parque fue anunciada el 7 de julio, después de que Enel Colombia suspendiera su construcción en 2022 por las dificultades de relacionamiento con las comunidades. La obra, que contempla la instalación de 41 aerogeneradores con capacidad total de 205 MW, es uno de los proyectos estratégicos de transición energética de Ecopetrol.
Felipe González, gerente de Proyectos Guajira, afirmó que varios líderes locales han respaldado la iniciativa, resaltando que la parálisis del proyecto afectó directamente a la población. “Nos han manifestado su apoyo para sacar adelante este proyecto respetando, por supuesto, su derecho a la participación, sus usos y costumbres, sus contextos y necesidades”, explicó el directivo.
El proceso cuenta con acompañamiento del Ministerio de Minas y Energía, el Ministerio del Interior y autoridades locales. La agenda de socialización se extenderá hasta noviembre, cuando se espera culminar la consulta previa y dar paso a la reactivación de las obras.
Windpeshi se convertirá en el primer parque eólico operado íntegramente por Ecopetrol. Su entrada en operación en 2028 permitirá generar 205 MW de energía limpia, evitar la emisión de más de 140.000 toneladas de CO₂ al año y aportar a las metas nacionales de descarbonización.
No obstante, la tarea no está exenta de desafíos. Enel, la compañía que originalmente lideraba el proyecto, invirtió más de $7.100 millones en programas sociales —incluyendo acceso al agua, educación y desarrollo económico—, pero aun así no logró consolidar los acuerdos con las comunidades. Ecopetrol hereda, entonces, no solo la infraestructura proyectada, sino también la responsabilidad de recomponer las relaciones en un territorio históricamente marginado y complejo.
El éxito de Windpeshi dependerá de que la estatal logre equilibrar el componente técnico con el social. Si lo consigue, este proyecto no solo será un referente energético, también marcará un precedente sobre cómo la transición energética puede construirse con participación comunitaria real.
