La Reserva Federal de Estados Unidos decidió este miércoles reducir su tasa de interés de referencia en un cuarto de punto porcentual, fijándola en el rango de 4 % a 4,25 %, en respuesta al deterioro del mercado laboral. Se trata del primer recorte desde diciembre y el primero en el segundo mandato del presidente Donald Trump.

El viraje en la política monetaria ocurre tras nueve meses de espera en los que el banco central evaluó los efectos de las medidas económicas de la Casa Blanca, incluidos los aranceles y el endurecimiento de las normas migratorias. Sin embargo, el estancamiento en la creación de empleo y el aumento de la tasa de desempleo terminaron inclinando la balanza hacia una decisión que ya era anticipada por los mercados.

Pese a la presión constante de Trump, que ha insistido en recortes más agresivos, la decisión de la Fed no fue unánime. Stephen Miran, nuevo gobernador designado por el mandatario y juramentado apenas horas antes de la reunión, se opuso al considerar necesario un ajuste mayor de medio punto. Según el denominado “diagrama de puntos”, Miran proyecta recortes mucho más profundos durante 2025, lo que refuerza las tensiones internas en el organismo.

Las proyecciones económicas publicadas por la Fed contemplan dos reducciones adicionales antes de finalizar el año —probablemente en octubre y diciembre—, mientras que para 2026 se prevé solo un recorte. La inflación, que en agosto alcanzó 2,9 % anual, sigue por encima del objetivo del 2 %, lo que mantiene a la entidad en un delicado equilibrio entre controlar precios y sostener el empleo.

El contexto político añade presión. Trump ha cuestionado abiertamente la independencia de la institución y mantiene un pulso con Jerome Powell, presidente de la Fed, por el ritmo de las decisiones. Paralelamente, el intento del mandatario de destituir a la gobernadora Lisa Cook ha sido interpretado como un hecho sin precedentes en los 112 años de historia del banco central, con tribunales federales ya involucrados en el caso.

Con la economía estadounidense enfrentando el doble desafío de inflación persistente y debilidad en el empleo, la Fed se adentra en un periodo complejo donde cada movimiento será observado tanto por Wall Street como por la Casa Blanca.