Bogotá recibe los primeros vagones del metro tras ocho décadas de espera

Los seis primeros vagones del metro de Bogotá arribaron a la ciudad en la madrugada de este jueves, marcando un paso histórico en un proyecto que la capital llevaba más de 80 años esperando. Las estructuras, que llegaron al Patio Taller de Bosa, hacen parte del primer tren de la línea que se espera entre en operación en 2028.

Los vagones, fabricados en China, desembarcaron en Cartagena a comienzos de septiembre y fueron transportados por tierra hasta Bogotá en un trayecto de más de mil kilómetros. Durante el recorrido, ciudadanos en municipios como Funza y Mosquera salieron a recibirlos con banderas y celebraciones, reflejando la expectativa que despierta el avance de la obra.

El alcalde Carlos Fernando Galán resaltó que este es apenas el inicio de un proceso que contempla la llegada de 30 trenes, “Este año tenemos previsto que arriben cuatro trenes más, el próximo ya está en camino y esperamos que llegue en octubre a Cartagena”, explicó.

Una obra que avanza tras décadas de postergaciones

La primera propuesta de un metro en Bogotá se remonta a 1942, cuando la ciudad tenía apenas 400.000 habitantes. Desde entonces, distintos gobiernos plantearon alternativas, algunas de ellas subterráneas, que nunca lograron concretarse. Hoy, con una ciudad que supera los ocho millones de habitantes, la construcción de la primera línea avanza en un 60 %.

El proyecto fue adjudicado en 2019 a un consorcio chino, que se encargará de la construcción, provisión de trenes y operación durante 20 años. La primera línea será elevada, tendrá una extensión de 23,9 kilómetros y conectará Bosa con la calle 72.

La Alcaldía estima que la primera línea del metro transportará un millón de personas al día, ayudando a descongestionar el sistema TransMilenio y transformando la movilidad en la capital. Sin embargo, el proyecto no ha estado exento de polémicas, el presidente Gustavo Petro, quien como alcalde impulsó la idea de un metro subterráneo, ha planteado modificaciones al contrato para que parte del trazado pueda construirse bajo tierra, lo que mantiene el debate abierto sobre su desarrollo futuro.

Con la llegada de los primeros vagones, Bogotá comienza a materializar una obra que por décadas fue vista como un sueño aplazado. El reto ahora será cumplir los tiempos de ejecución y garantizar que la capital cuente en 2028 con un sistema de transporte masivo a la altura de sus necesidades.

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