El peso colombiano se ha destacado como la moneda de mejor desempeño en América Latina. Durante agosto de 2025, su apreciación no solo reflejó la debilidad global del dólar. También evidenció una renovada confianza de los inversionistas en los activos locales. Este fenómeno ha aliviado la carga de la deuda externa, pero también ha generado un dilema. La fortaleza del peso podría afectar la competitividad de los sectores exportadores.
En el octavo mes del año, el dólar cedió terreno de manera significativa. Su caída se debió a factores políticos y económicos en Estados Unidos. La incertidumbre institucional en Washington fue un detonante. El índice Bloomberg Dollar Spot cayó un 1.7% en este período, esto profundizó la tendencia a la baja que la divisa ha mantenido. En lo que va del año, acumula una depreciación cercana al 8%.
El debilitamiento del dólar se explica por acontecimientos macroeconómicos. Los datos de empleo fueron más débiles de lo esperado. A esto se sumaron las crecientes expectativas de recortes en las tasas de interés de la Reserva Federal (FED). La situación se complicó con la injerencia política en el banco central. Un ejemplo fue la remoción de la gobernadora Lisa Cook. Este hecho sembró dudas sobre la independencia de la entidad.
En este escenario de incertidumbre, las monedas de América Latina se fortalecieron. El peso colombiano lideró la canasta regional. Le siguió de cerca el real brasileño. Según el índice Bloomberg, el peso local se apreció un 4.20% frente al dólar. Esto fue posible gracias a un flujo positivo de dólares hacia la economía nacional.

Un Flujo de Dólares que Inyecta Optimismo
La fortaleza del peso se cimentó en factores internos cruciales. El primero fue el flujo de dólares proveniente de remesas, turismo y exportaciones. Esto se sumó a las operaciones de manejo de deuda del Ministerio de Hacienda. El anuncio de un crédito de USD 10.000 millones con la banca internacional generó una clara señal. La abundancia de dólares en el mercado impulsaría el tipo de cambio a la baja.
El presidente Gustavo Petro destacó el fortalecimiento de la moneda. En su cuenta de X, resaltó cómo esta tendencia impacta los indicadores económicos. «Mucha fortaleza del peso colombiano en agosto: el peso colombiano, la moneda más valorizada de América Latina. Así debilitamos el peso de la deuda externa», señaló. Para el gobierno y los deudores en dólares, esta situación representa un alivio fiscal.
Según analistas, la divisa se movió de niveles cercanos a los $4.120 a principios de mes. El 15 de agosto, alcanzó un mínimo de $4.007. Finalmente, cerró el mes en $4.015,92. Este comportamiento se vio influenciado por la expectativa de que el Banco de la República mantenga una tasa de interés atractiva. Se prevé que la tasa de intervención cierre el año en el 9.25% o se reduzca ligeramente al 9%. Esto mantiene el atractivo del peso para las estrategias de «carry trade» de los inversionistas.
El Doble Filo de una Moneda Fuerte
La fortaleza del peso, si bien es una señal de confianza, no es una bendición para todos. La apreciación ha creado una marcada diferencia entre ganadores y perdedores en la economía. Entre los beneficiados se encuentran los importadores. La compra de bienes y servicios en el exterior se abarata. Esto reduce los costos de insumos y productos finales.
Los viajeros y estudiantes que pagan matrículas en el extranjero también se benefician. Sus gastos se reducen significativamente. Los deudores en dólares, tanto públicos como privados, ven su carga financiera aligerada.

Sin embargo, los grandes perdedores de esta ecuación son los sectores exportadores. Para un exportador de café o flores, un dólar a $4.015,92 se traduce en menos pesos. Esto afecta directamente su rentabilidad y competitividad. El impacto se siente con mayor fuerza en la industria manufacturera. El reto es mantener la eficiencia y la innovación para contrarrestar la pérdida de competitividad.
A nivel regional, el real brasileño ocupó el segundo lugar. Se apreció un 3.14% según Bloomberg Línea. Brasil mantiene una de las tasas de interés más elevadas del mundo. Su tasa Selic está en torno al 15%. Esto refuerza su atractivo para inversionistas globales. La expectativa de cambio político también elevó el optimismo de los inversionistas extranjeros. El real reaccionó positivamente al discurso de Jerome Powell. La señal de flexibilización monetaria de la FED impulsó su apreciación.
La trayectoria futura del peso colombiano dependerá de varios factores. En primer lugar, la estabilidad política y económica en Estados Unidos es crucial. En segundo lugar, la capacidad del gobierno para mantener un flujo de dólares. Finalmente, el desempeño de la economía nacional es determinante. El consenso del mercado advierte que si el tipo de cambio perfora los $4.000 a la baja, podría dirigirse a niveles mínimos históricos.
Para un país con una economía tan ligada a los mercados internacionales, el desafío es encontrar un equilibrio. Se requiere una moneda competitiva que beneficie a las exportaciones. Al mismo tiempo, se necesita un flujo de capitales sostenido. Este es el principal reto para la política económica en el cierre de 2025. El dilema de una moneda fuerte sigue siendo un tema central en la agenda de los líderes empresariales.
