En los primeros cinco meses del año, las remesas se consolidaron como una de las principales fuentes de divisas para Colombia. Con un ingreso de US$5.324 millones, se acercaron a las cifras del petróleo, cuyas ventas sumaron US$5.356 millones. Esta situación evidencia una reconfiguración de la canasta exportadora del país y un cambio en las principales fuentes de ingreso de dólares.
El sector minero-energético ha perdido peso. Las ventas de carbón sumaron US$1.981 millones, una cifra menor a los US$2.287 millones de las exportaciones de café. Esta tendencia muestra cómo los productos tradicionales, como el petróleo y el carbón, están siendo superados por otros.
De hecho, las exportaciones del sector agropecuario (US$2.558 millones) y la manufactura (US$5.887 millones) también superaron al sector minero-energético. Esto subraya que la canasta no tradicional está ganando terreno. Los dólares que entran al país ahora provienen de una variedad más amplia de ramas y agentes económicos.
Según un informe del Banco de Bogotá, la diversificación de ingresos explica el aumento del gasto de los hogares. La llegada de dólares ya no se concentra en solo dos sectores, sino que se distribuye en más familias. Esto fortalece sus ingresos y, por ende, su consumo, especialmente a través de remesas, ventas de café y turismo.
Solo en mayo, las exportaciones cayeron un 2,1% a US$4.358 millones, impulsado por menores ventas de carbón (-13%), ferroníquel (-45%) y petróleo (-25%). El impacto negativo fue mitigado por las mayores ventas de café (+61%) y de la canasta no tradicional (+11%), en especial papel, químicos, cuero y oro no monetario.
Los analistas explican que este flujo de ingresos diversificados ha ayudado a los hogares a mantener un alto nivel de consumo. Los colombianos han logrado «capotear» la política monetaria contractiva. Este consumo se evidencia en las importaciones, que crecieron en sectores como alimentos, vestuario, electrodomésticos y vehículos, tanto para bienes de consumo como para insumos industriales.
Remesas, el nuevo motor de la economía

El alto déficit fiscal, coherente con una política fiscal expansiva, también ha dado un impulso adicional a la fuerte demanda interna. La importación de insumos aumentó un 7%, con alzas del 13% en la industria y 15% en equipos industriales. Todo esto indica una economía con una demanda robusta, impulsada por diversas fuentes de ingreso.
En 2024, las remesas representaron el 2,8% del PIB colombiano. La proyección para 2025 es una participación cercana al 3%, una cifra histórica. El 58% de estos recursos se concentra en Valle del Cauca, Antioquia y Cundinamarca, y se destinan principalmente a necesidades básicas de las familias, como alimentación, salud y vivienda.
Durante los primeros meses de 2025, Estados Unidos se mantuvo como el principal país emisor de remesas hacia Colombia, seguido por España, Chile y Reino Unido. Este flujo de dinero del exterior, que también registró un crecimiento del 34% desde Venezuela, es fundamental para el sostenimiento económico de miles de familias colombianas.
