El nuevo sistema de pagos del Banco de la República, Bre-B, ha superado las 20 millones de llaves registradas en solo tres semanas. Esto representa un gran avance en la interoperabilidad financiera de Colombia.
Lanzado oficialmente el 14 de julio, Bre-B permite operaciones entre cualquier entidad financiera. Estas llaves están asociadas a cerca de 11 millones de medios de pago y pertenecen a más de ocho millones de clientes del sistema financiero colombiano, mostrando una rápida y amplia adopción inicial.
Los datos recientes revelan que el celular es la «llave» más popular, concentrando el 32,2% de los registros. Le siguen los códigos alfanuméricos (26,7%), los documentos de identidad (23,4%) y los correos electrónicos (15%). La adopción ha sido predominantemente entre personas naturales, que representan el 97,1% de las llaves, mientras que las personas jurídicas conforman el 2,9%.
Ana María Prieto, directora de Sistemas de Pago del Banco de la República, destacó que Bre-B busca “unir a todo un país”. Subrayó que los resultados iniciales muestran el gran interés y la confianza de los usuarios en esta nueva herramienta. Bre-B se compone de dos módulos, y el notable avance reciente corresponde al DICE (Directorio Centralizado), su componente clave.
Un factor determinante para la rápida expansión del sistema ha sido la integración de 134 cooperativas de ahorro y crédito desde el 21 de julio de 2025. Esto elevó a 171 el número total de entidades financieras conectadas a Bre-B. Esta amplia inclusión fortalece el alcance del sistema en zonas urbanas y rurales, reduciendo las brechas en el acceso a pagos electrónicos y fomentando una mayor inclusión financiera en el país.
El avance de Bre-B es significativo para la modernización de los pagos en Colombia. Tiene el potencial de transformar la forma en que individuos y empresas realizan transacciones. Al facilitar transferencias seguras, rápidas y sin barreras regionales, el sistema contribuye a un ecosistema financiero más eficiente y accesible para todos los colombianos, un paso crucial hacia la reducción del uso del efectivo.
