El Banco de la República de Colombia decidió mantener inalterada su tasa de interés en 9,25% por segunda vez consecutiva en julio. Esta decisión sorprendió a la mayoría de los analistas, quienes esperaban un recorte de al menos 25 puntos básicos, que habría llevado la tasa al 9%.
El gerente del Emisor, Leonardo Villar, informó que cuatro codirectores votaron a favor de no recortar las tasas, mientras que uno propuso un recorte de 50 puntos básicos y otros dos optaron por una reducción de 25 puntos básicos.
Villar explicó que esta decisión se fundamentó en los riesgos que persisten para que la inflación alcance el rango meta establecido. Por ello, la Junta Directiva optó por mantener la postura cautelosa que ha caracterizado sus reuniones a lo largo del año. «Los futuros movimientos de la tasa de interés responderán a la evolución de la inflación y sus expectativas, la dinámica de la actividad económica, y el balance de riesgos internos y externos», señaló el gerente, indicando la flexibilidad en futuras decisiones.
Durante la reunión, el ministro de Hacienda, Germán Ávila, manifestó el total desacuerdo del Gobierno con la decisión de mantener la tasa inalterada en 9,25%, nivel en el que se encuentra desde abril. «El Gobierno propuso una reducción de la tasa con el fin de atender las dinámicas de la economía y fundamentalmente sustentado en que hemos logrado una reducción significativa de la inflación», agregó el ministro, mostrando la postura divergente del Ejecutivo.

Ávila indicó que el Gobierno espera que el dato de inflación de julio, que el DANE dará a conocer la próxima semana, se reduzca y alcance el 4,5% para finales de este año. El ministro argumentó que la tasa de interés real se ubicaría en 4,6% en julio, a dos puntos del nivel neutral estimado por el Banco de la República, dado que se prevé que la inflación mantenga su tendencia decreciente durante el resto del año, lo que justificaría un recorte.
A pesar del malestar gubernamental, el gerente del Emisor mantuvo su explicación, señalando que una de las razones para no modificar la tasa es que las expectativas de inflación de los analistas no han disminuido. Añadió que el Banco de la República sigue previendo una inflación entre 4,7% y 4,8% para el cierre del año. Algunos analistas sugieren que la cautela del Banco Central se mantendrá en los próximos meses, no solo por la inflación, sino también por la incertidumbre fiscal.
Incertidumbre fiscal y expectativas a futuro
La incertidumbre fiscal, que parece no mejorar para el año entrante tras conocerse los detalles del proyecto de ley del Presupuesto General de la Nación de 2026, suma presión. César Pabón, director de investigaciones económicas de Corficolombiana, aseguró que este será un tema clave para que el Banco de la República actúe con mayor cautela en sus próximas decisiones de política monetaria.
El presidente Gustavo Petro no tardó en manifestar su descontento con la decisión del Emisor. Ha insistido en la necesidad de un recorte para impulsar un mayor dinamismo económico. Aseguró que la finalidad del Banco de la República es «acabar la economía colombiana, que apuesta electoralmente con mucha irresponsabilidad», elevando el tono de la discusión entre el Gobierno y la entidad monetaria.
El ministro Ávila también abordó la situación fiscal que enfrenta el Gobierno, refiriéndose a las vigencias futuras. Aseguró que, debido a las presiones fiscales, están llevando a cabo una reprogramación de algunos pagos, especialmente en el caso de Bogotá, con el objetivo de equilibrar la situación actual de las finanzas públicas.
Ante la decisión del Banco, Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, señaló que se impuso la prudencia y la cautela, «como debe ser en una coyuntura tan delicada para la economía». Cabal advirtió que «ante el déficit, la suspensión de la regla fiscal y el aumento considerable del gasto público para 2026, bajar las tasas podría empujar al alza los precios, generando el efecto contrario al que se busca».
La incidencia de la inflación sigue siendo un factor determinante. El Emisor ha sido enfático en la importancia del dato de la inflación para sus decisiones. Por ello, la tasa de interés que se definirá a finales de septiembre dependerá de los datos de julio y agosto.
Los analistas esperan que el Índice de Precios al Consumidor se acelere hasta 4,83% en julio. Bancolombia atribuye esta posible aceleración a factores como fenómenos climáticos, bloqueos en cadenas de suministro, implicaciones sobre la tasa de cambio, y el riesgo país derivado de la incertidumbre fiscal local.
