El oro, tradicional refugio en tiempos de incertidumbre, experimentó una corrección en su valor tras el reciente anuncio de un acuerdo comercial entre Estados Unidos y Japón. Este pacto, liderado por el presidente Donald Trump, inyectó una dosis de optimismo en los mercados globales. Esto moderó la demanda por activos considerados seguros.

El lingote de oro cotizó cerca de los $3.420 la onza, registrando una caída del 0,3%. Esta disminución se produce después de un notable repunte que había impulsado el metal precioso cerca de sus máximos históricos. La expectativa de un desenlace favorable en las negociaciones comerciales reduce la aversión al riesgo entre los inversores.

El acuerdo bilateral contempla la imposición de gravámenes del 15% a ciertos bienes nipones. A cambio, Japón se comprometió a una inversión significativa de $550.000 millones en Estados Unidos. Esta resolución alivia tensiones que se venían gestando y mantenían en vilo a la economía global.

La escalada del oro durante el año, con un aumento cercano a un tercio, se explica por la inestabilidad geopolítica. Las disputas comerciales impulsadas por la administración Trump, y conflictos en Ucrania y Medio Oriente también contribuyeron a esta búsqueda de activos refugio.

Pese a la reciente baja, el oro mantuvo una consolidación en un rango estrecho en los últimos meses. Las ganancias de esta semana, de alrededor del 2,5%, lo sitúan a unos $80 de su récord histórico alcanzado en abril, por encima de los $3.500 la onza.

Los mercados permanecen atentos a las futuras negociaciones comerciales. Especial atención se centra en el progreso de las conversaciones entre Estados Unidos y China. Se espera una nueva ronda de diálogos en Estocolmo la próxima semana, buscando extender la tregua arancelaria.

La política de la Reserva Federal también influirá en el comportamiento del metal. La expectativa sobre las tasas de interés y la independencia del banco central son factores clave. Rendimientos más bajos del Tesoro suelen favorecer al oro, al no pagar intereses.

En los próximos días, la ausencia de datos económicos relevantes de EE.UU. y el período de silencio de la Fed antes de su próxima reunión, mantendrán a los operadores a la expectativa. Una señal «dovish» por parte de los funcionarios podría influir en la dinámica del mercado del oro.