La economía colombiana, medida por el Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE), creció un 2,81% en mayo de 2025 frente al mismo mes del año anterior. Este dato, preliminar según el DANE, es positivo. Sin embargo, un análisis detallado revela una recuperación asimétrica que genera alertas sobre su sostenibilidad.
El impulso provino casi en su totalidad del dinamismo de las actividades terciarias, es decir, el sector servicios. Este segmento, que incluye comercio, transporte y finanzas, registró una variación anual del 4,23%. Solo comercio, alojamiento y transporte aportaron 1,39 puntos porcentuales al crecimiento total del ISE.
En contraste, las actividades primarias, como la agricultura y minería, retrocedieron 0,78%. Las actividades secundarias, que comprenden la industria y la construcción, cayeron un 0,86%. Esta contracción es preocupante, pues son sectores clave para la generación de empleo y el peso en la economía real del país.

El dato desestacionalizado también creció 2,70% interanual. No obstante, al comparar mayo con abril, el ISE bajó un 0,06%, sugiriendo una leve ralentización puntual. En el acumulado de enero a mayo, el crecimiento alcanzó el 2,44%, cifra mejor que 2024, pero aún modesta para las necesidades nacionales.
Sectores como la construcción y la industria manufacturera acumulan varios meses en terreno negativo. Aunque mayo mostró una leve alza mensual del 0,14% en actividades secundarias, esto no compensa su tendencia decreciente. Es un síntoma de esfuerzos de reactivación débiles o mal dirigidos.
Asimismo, la minería y el agro, actividades primarias, no repuntan. En mayo, su variación mensual fue de -1,86%, y anual de -0,78%. Esto implica riesgos para las regiones más dependientes de estos sectores, afectando ingresos y estabilidad social, y excluyéndolos de esta recuperación.
Este crecimiento concentrado en servicios plantea interrogantes sobre su equilibrio. Una economía dependiente solo de los servicios es frágil ante choques. La falta de diversificación sectorial puede acentuar desigualdades territoriales. Más allá de las cifras, Colombia necesita que el crecimiento se traduzca en inversión, empleo formal y calidad de vida.
