El Ministerio de Minas y Energía de Colombia anunció este viernes que el país reanudará la venta de energía a sus países vecinos. Esta decisión marca un cambio significativo luego de un periodo de severa sequía.
La exportación había sido suspendida a finales del año pasado, cuando los embalses alcanzaron niveles críticos, cayendo por debajo del 28% de su capacidad. El Gobierno de Petro priorizó la demanda nacional, permitiendo exportaciones solo con recursos termoeléctricos excedentes.
Ahora, la reactivación llega tras una notable recuperación hídrica. Los embalses del país han superado el 82% de su capacidad.
Desde febrero de 2025, los aportes de los embalses han excedido el 120% del promedio histórico. Las proyecciones climáticas no anticipan periodos de precipitaciones por debajo de lo normal. Esto indica que los niveles no deberían disminuir, lo que elimina el riesgo para la meta del sistema energético del 81,1%.

Reactivación con cautela y nuevas condiciones
El restablecimiento de las exportaciones, comunicado mediante la circular MME 40015, tendrá condiciones estrictas. Solo se podrá exportar energía generada por plantas térmicas que utilicen combustibles líquidos, o por plantas térmicas despachadas centralmente. También cualquier planta del Sistema Interconectado Nacional, aplicando reglas específicas de las resoluciones CREG.
El objetivo primordial es asegurar la demanda doméstica. Solo los excedentes del sistema, no necesarios para el consumo interno, podrán ser utilizados para exportar. Así, se busca prevenir cualquier riesgo de desabastecimiento, manteniendo la confiabilidad del servicio para los colombianos como máxima prioridad.
Cabe recordar que el fenómeno de El Niño, que se extendió durante 2023 y parte de 2024, redujo drásticamente los niveles de los embalses hidroeléctricos. Estos representan más del 60% de la energía del país. Aquella situación obligó a activar la generación térmica e implementar medidas de ahorro energético para evitar racionamiento.
Con el regreso de las lluvias y la posible llegada de La Niña, los embalses comienzan a normalizarse. Aunque La Niña suele beneficiar la generación hidroeléctrica, también implica nuevos desafíos. Puede traer lluvias excesivas, con riesgos de deslizamientos, inundaciones y daños a la infraestructura eléctrica.
El Ministerio de Minas y Energía deberá mantener un seguimiento constante. Ajustar sus decisiones conforme evolucione el panorama climático y el comportamiento del sistema eléctrico será crucial.

