El presupuesto preliminar para el año 2026, estimado en $534,7 billones incluyendo el servicio de la deuda externa, ha desatado una fuerte controversia dentro del gabinete del presidente Gustavo Petro. Durante la presentación de los rubros por el ministro de Hacienda, Germán Ávila, el mandatario interrumpió la sesión para criticar a su equipo económico. Petro calificó de «inconstitucional» cualquier recorte al gasto social, amenazando con posibles cambios en su equipo por ir en contravía de su programa de gobierno.
El presidente fue muy claro en su descontento. Afirmó que «ningún decreto o norma puede estar por encima de la voluntad expresada en las urnas». Además, señaló que el gabinete actual está actuando contra los principios que llevaron al «Gobierno del Cambio» a la Casa de Nariño. «No puedo pasar mi último año de gobierno con gente que no sepa el programa de gobierno y no lo aplique», expresó Petro con firmeza.
El punto central del desacuerdo es la intención del Ministerio de Hacienda de reducir el gasto social en la proyección presupuestal para 2026. «Eso es inconstitucional, Germán. Eso no puede ser así. El presidente no firma un proyecto de ley que reduzca el gasto social», le dijo directamente al titular de la cartera. Esta postura subraya la prioridad inquebrantable del Gobierno en sus compromisos sociales y la defensa de su agenda.
El borrador presupuestal aún se encuentra en fase de discusión y deberá ser radicado ante el Congreso antes del 30 de julio. Esta confrontación interna refleja las tensiones que enfrenta el Ejecutivo. El desafío es cómo equilibrar las finanzas públicas con el cumplimiento de los compromisos sociales asumidos, especialmente en los últimos meses del mandato presidencial. La situación abre interrogantes sobre la estabilidad del equipo económico y el rumbo de la política fiscal.
