Nvidia marcó historia al convertirse en la primera empresa en alcanzar una capitalización bursátil de US$4 billones, liderando la revolución de la inteligencia artificial. Sus acciones subieron un 2,63% hasta US$164,42, impulsadas por la fuerte demanda global de sus chips y su ambiciosa visión en robótica. Este hito refuerza su posición como gigante tecnológico indiscutible.

En una década, las acciones de Nvidia crecieron un 35.000%, frente al 260% del S&P 500. Una inversión de US$1.000 en 2015 hoy valdría US$350.000, reflejando el auge de la IA generativa. Este crecimiento exponencial destaca su rol central en la infraestructura tecnológica global, según expertos del sector.

A pesar de la volatilidad inicial por competidores como DeepSeek en China, Nvidia superó las expectativas con una demanda robusta de sus sistemas de cómputo. Atif Malik, de Citi, señala que la empresa no solo domina la IA, sino que busca liderar la robótica, un mercado proyectado en billones de dólares a largo plazo.

Wedbush resalta el efecto multiplicador de Nvidia. Cada dólar gastado en sus chips genera entre US$8 y US$10 en el ecosistema tecnológico. Junto a Microsoft, Nvidia es considerada la insignia del boom de la IA, con proyecciones de alcanzar US$5 billones en 18 meses, según la firma.

La empresa, con un ecosistema de seis millones de desarrolladores, lanza nuevos productos para data centers anualmente, manteniendo su ventaja competitiva. Wedbush estima que el gasto global en IA superará los US$2 billones en tres años, subestimado por los mercados.

Nvidia se posiciona como pilar de la cuarta revolución industrial. Su enfoque en infraestructura de IA y robótica promete transformar industrias, desde tecnología hasta manufactura. El impacto de su liderazgo se extiende globalmente, redefiniendo el futuro de la innovación tecnológica.