Un reciente informe de la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) proyecta que para el año 2040, Colombia dependerá significativamente de las importaciones para abastecer su demanda de gasolina. Según el escenario tendencial, que asume la continuidad de las políticas energéticas actuales, más del 50% de la gasolina consumida en el país deberá ser comprada en el exterior, un cambio sustancial en el panorama energético nacional.

La Upme estima que las importaciones de gasolina podrían alcanzar los 127.000 barriles diarios para 2040, mientras que la producción conjunta de las refinerías de Cartagena y Barrancabermeja solo aportaría 90.000 barriles por día. Esto llevaría las necesidades de importación a cubrir hasta el 66,8% de la demanda, una situación que se complica aún más por los exigentes requisitos técnicos de calidad en las mezclas de gasolina que establece la normativa colombiana.

Históricamente, la producción nacional ha complementado las importaciones para satisfacer el consumo de gasolina. Sin embargo, a diferencia del diésel, la refinación de gasolina no ha visto un incremento significativo en los últimos años. Esta tendencia, sumada al crecimiento constante del consumo de combustibles líquidos en Colombia, impulsa la mayor dependencia de fuentes externas.

Además de la gasolina, otros combustibles también verán un aumento en sus niveles de importación. Para el Aceite Combustible para Motores (Acpm), aunque no se prevén compras externas en 2025, se proyectan importaciones de 43.000 barriles diarios para 2040. En el caso del jet fuel, utilizado en la aviación, la Upme estima que para 2030 se necesitará importar el 37% de la demanda, llegando a 42.000 barriles diarios para 2040, superando así la producción nacional.

Este panorama a largo plazo plantea desafíos importantes para la infraestructura de transporte. La Upme sugiere la necesidad de fortalecer el trayecto entre Pozos Colorados y Galán, y evaluar la ampliación del poliducto, para asegurar un suministro continuo y eficiente. La entidad enfatiza que, aunque la producción nacional puede cubrir la demanda en el corto plazo, la complementación con importaciones será inevitable, representando hasta el 37% del abastecimiento total en 2040.