S&P Global Ratings rebajó el viernes la calificación crediticia de Ecopetrol de BB+ a BB, alineándola con la reducción de la calificación soberana de Colombia a BB para deuda en moneda extranjera y BB+ para moneda local. La decisión refleja el deterioro fiscal del país y la limitada flexibilidad financiera, según la agencia.

La perspectiva negativa de Ecopetrol, que coincide con la del país, responde a la creciente carga de deuda pública y la menor confianza de los inversionistas extranjeros. S&P destacó que la relevancia de Ecopetrol en la generación de ingresos y su rol en la transición energética limitan su calificación al riesgo soberano.

El deterioro fiscal, impulsado por déficits del 7,1% del PIB en 2025, un gasto expansivo y la suspensión de la regla fiscal por tres años, agrava la vulnerabilidad de Colombia a choques externos. S&P señaló que la política fiscal se ha vuelto menos predecible, afectando la estabilidad económica.

Moody’s, por su parte, mantuvo la calificación de Ecopetrol en Ba1 con perspectiva estable, destacando su posición como principal productor de petróleo y gas, con el 60% de la producción nacional. La agencia asume un fuerte apoyo gubernamental, reflejado en la eliminación gradual de subsidios a combustibles, mejorando la liquidez.

S&P también rebajó las calificaciones de Seguros de Vida Sudamericana, Seguros Generales Sudamericana a BB, y de Cardif Colombia Seguros Generales a BB+, todas con perspectiva negativa. Estas decisiones reflejan el impacto del riesgo soberano en entidades vinculadas al gobierno.

La rebaja de Ecopetrol podría encarecer su acceso al financiamiento, afectando proyectos clave en exploración y transición energética. La menor confianza de los inversionistas, combinada con un PIB per cápita moderado y términos de intercambio volátiles, limita el margen de maniobra de la empresa.

El apoyo del gobierno a Ecopetrol, según Moody’s, incluye medidas como la reducción de cuentas por cobrar del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, que mejorarán su posición financiera en 2025. Sin embargo, la sostenibilidad depende de reformas fiscales que estabilicen las finanzas públicas.