S&P rebaja calificación de Colombia a BB y elimina grado de inversión de deuda interna

Standard & Poor’s rebajó la calificación de la deuda externa de Colombia de BB+ a BB, situándola dos niveles por debajo del grado de inversión, con perspectiva negativa. La decisión, anunciada el 26 de junio, refleja un deterioro fiscal y debilidad institucional, según la agencia.

La pérdida del grado de inversión en la deuda interna, que bajó de BBB- a BB+, podría forzar a inversionistas extranjeros a vender Títulos de Tesorería (TES), elevando sus tasas y presionando la devaluación del peso. S&P advirtió que la trayectoria fiscal a largo plazo amenaza la confianza de los inversionistas.

El exviceministro de Hacienda, Andrés Pardo, señaló que la rebaja, junto con la de Moody’s a Baa3 el mismo día, podría excluir a los TES de índices globales de deuda con grado de inversión. Esto generaría ventas forzosas, aumentando temporalmente las tasas, aunque el impacto podría ser limitado.

S&P destacó que los déficits fiscales, el aumento del endeudamiento y un crecimiento económico moderado erosionan la estabilidad financiera. La suspensión de la regla fiscal, anunciada en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, y un déficit proyectado de 7,1% del PIB para 2025, agravan el panorama.

La perspectiva negativa indica riesgo de otra rebaja en los próximos 18 meses si no se estabilizan las cuentas fiscales. S&P subrayó la necesidad de políticas efectivas para sostener el crecimiento del PIB y recuperar la confianza de los inversionistas.

Moody’s, por su parte, mantuvo a Colombia en el grado de inversión (Baa3), con perspectiva estable, destacando la fortaleza institucional. Sin embargo, ambas agencias coinciden en que la falta de medidas estructurales podría limitar el acceso a mercados de capital.

La rebaja incrementa los costos de endeudamiento, afectando el presupuesto para inversión pública. Además, la menor llegada de inversión extranjera directa podría impactar sectores clave como infraestructura y energía, según el análisis de Pardo.

El Gobierno enfrenta el desafío de implementar reformas fiscales creíbles y fortalecer la institucionalidad. Sin ajustes, la devaluación del peso y el alza en las tasas de los TES podrían intensificarse, afectando a hogares y empresas.

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