El lunes, Irán lanzó 19 misiles contra Al Udeid, en represalia por bombardeos estadounidenses a sus instalaciones nucleares. Solo uno impactó, sin víctimas, gracias a las defensas qataríes. Qatar condenó el ataque como una violación de su soberanía, respaldada por países árabes.
La suspensión del tráfico aéreo en Qatar, Baréin, Kuwait, Irak y Emiratos Árabes Unidos paralizó aeropuertos estratégicos. Qatar Airways, Emirates y Etihad cancelaron vuelos, mientras Iberia y Air Europa ajustaron rutas. Miles de pasajeros enfrentaron demoras en una región vital para la conectividad global.
El cierre del espacio aéreo qatarí, anunciado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, respondió a la escalada geopolítica. La medida buscó garantizar la seguridad tras explosiones cerca de Doha. Autoridades coordinaron con socios internacionales para monitorear la situación y proteger a civiles.
En Colombia, el impacto se sintió en el comercio y la logística. El país, que exporta US$70 millones anuales en flores y frutas al Golfo, enfrenta riesgos por interrupciones en rutas aéreas. Empresas como Avianca, con conexiones vía Europa, evalúan ajustes operativos.
La Autoridad de Aviación Civil de Qatar reabrió el espacio aéreo el martes, tras confirmar la seguridad. Kuwait y Baréin también normalizaron operaciones, aunque persisten advertencias sobre demoras. Aeropuertos como Dubái reportan congestión, afectando la confianza en la región.
El ataque expone la vulnerabilidad de hubs logísticos en Medio Oriente. Según la IATA, el 30% del tráfico aéreo global pasa por esta zona. La inestabilidad amenaza costos operativos y precios de combustible, impactando economías dependientes como la colombiana.
Expertos como Juan Carlos Salazar, director de la OACI, advierten que la tensión geopolítica podría encarecer fletes aéreos en un 15% si persiste. Para Colombia, esto afectaría la competitividad de sus exportaciones no tradicionales al Golfo y Asia.
La crisis resalta la dependencia global de la estabilidad en el Golfo. Mientras Qatar y sus aliados buscan desescalada, el riesgo de nuevas interrupciones mantiene en alerta a aerolíneas y mercados, con implicaciones para el comercio colombiano en 2025.
Revista COP 