Colombia y Bolivia bajo alerta de la ONU por riesgo de hambruna en 2025

La ONU advierte que Colombia y Bolivia enfrentan un riesgo creciente de hambruna en 2025, según el informe semestral de la FAO y el PMA sobre puntos críticos del hambre. En Colombia, la violencia y los desplazamientos masivos agravan la inseguridad alimentaria, mientras que en Bolivia, la inflación y la escasez de combustible amenazan la producción agrícola.

En Colombia, 7,8 millones de personas, el 15% de la población, sufren inseguridad alimentaria aguda y necesitan asistencia urgente, según la FAO y el PMA. El aumento de la violencia contra civiles ha disparado los desplazamientos, afectando a más de 695.000 personas hasta marzo de 2025 por confinamientos, restricciones de movilidad y desastres naturales. Aunque el gobierno impulsa diálogos de paz, el informe señala que la inseguridad sigue limitando el acceso a alimentos.

Bolivia enfrenta un deterioro proyectado entre junio y octubre de 2025, con 2,2 millones de personas, el 19% de la población, en inseguridad alimentaria aguda desde octubre de 2024. La alta inflación y la disminución de reservas extranjeras reducen el poder adquisitivo y la capacidad de importar alimentos. La escasez de combustible, además, obstaculizará la producción agrícola, especialmente de maíz, tras una cosecha de 2024 por debajo del promedio.

La situación en ambos países refleja desafíos estructurales. En Colombia, la violencia en regiones rurales impacta la agricultura y el comercio local, mientras que en Bolivia, la crisis económica limita las soluciones. “La inflación alimentaria y los problemas logísticos son barreras críticas”, afirmó un portavoz de la FAO. El informe urge fortalecer la asistencia humanitaria y políticas públicas para estabilizar la producción y distribución de alimentos.

La falta de financiamiento humanitario podría agravar la crisis, especialmente en Colombia, donde el 40% de los hogares rurales enfrentan inseguridad alimentaria, según datos de la FAO. En Bolivia, la dependencia de importaciones, que cayeron un 12% en 2024, complica el panorama. Ambos países necesitan ajustes urgentes para evitar un empeoramiento en 2026, con énfasis en seguridad y estabilidad económica.

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