El ministro de Hacienda, Germán Ávila, anunció un decreto que incrementará el precio del diésel a niveles internacionales para el 28% del parque automotor, excluyendo el transporte de carga. La medida, presentada en el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2025, busca reducir el déficit fiscal generado por el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), que alcanzó $76 billones.
De los 1.35 millones de vehículos diésel, 360,000 son camionetas de alta gama que aún reciben subsidios, según Ávila. Ajustar su precio al mercado internacional aliviaría la presión fiscal sin afectar sectores sensibles como el transporte de carga, que podría elevar fletes y presionar la inflación, proyectada en 5.5% para 2025, según Banco de la República.
La decisión responde a un contexto fiscal crítico. El FEPC, creado para estabilizar precios de combustibles, ha generado un hueco financiero insostenible. Mientras el alza gradual de la gasolina ha reducido parte del déficit, el diésel sigue rezagado, agravando las finanzas públicas. La deuda pública, que alcanzó 54.3% del PIB en 2023, afirma MinHacienda, limita la capacidad de maniobra.
Nidia Hernández, presidenta de Colfecar, advirtió que incrementos previos en combustibles elevaron los costos logísticos, afectando la competitividad. Aunque el transporte de carga queda exento, el impacto indirecto en el sector privado preocupa. “Los costos operativos ya son altos; cualquier ajuste encarece la cadena de suministro”, señaló Juan Carlos Rodríguez, analista de la Universidad de los Andes.
El gobierno planea suspender la regla fiscal por tres años, permitiendo un aumento del gasto público en $20 billones, de los cuales $8 billones se destinarán al FEPC. Esta estrategia busca financiar subsidios pendientes, pero analistas advierten riesgos de mayor endeudamiento si no se acompaña de reformas estructurales.
En el contexto regional, países como Chile y Uruguay, con marcos fiscales más estables, han evitado subsidios masivos a combustibles, según el FMI. Colombia, con un crecimiento del PIB de solo 0.6% en 2023, necesita recuperar confianza empresarial.
La medida, aunque focalizada, podría desincentivar la inversión en sectores dependientes del diésel, como el agro y la construcción. Para 2026, se espera que el déficit del FEPC se reduzca a $60 billones si los precios internacionales del petróleo no escalan, según proyecciones de MinHacienda.
Revista COP 