El gobierno colombiano anunció una reforma tributaria para recaudar 19 billones de pesos en 2025, abordando una crisis fiscal marcada por la caída de ingresos y un déficit agravado por deudas heredadas. La propuesta, que se presentará al Congreso a finales de julio, enfrenta un legislativo sin mayorías garantizadas.
El ministro de Hacienda, Germán Ávila, explicó que la reforma es crucial para sanear las finanzas públicas, afectadas por una caída de 2,2 puntos porcentuales en los ingresos nacionales respecto al PIB en 2024. La suspensión de la regla fiscal por tres años, activada mediante una cláusula de escape, busca flexibilizar el déficit, proyectado en 7,1% para 2025.
Ávila destacó que sin esta medida, el crecimiento económico y la estabilidad estarían en riesgo. La reforma priorizará tributos indirectos de bajo impacto, como ajustes al impuesto al carbono y nuevos gravámenes ambientales sobre plaguicidas, ruido y vapeadores, además de ampliar el IVA a juegos de azar, plataformas digitales e iglesias.

El Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) proyecta un crecimiento económico de 1,5% en 2025, con una deuda neta del 58,7% del PIB, superando el umbral sostenible del 55%. La reforma incluye un impuesto especial al carbón y petróleo para compensar la caída de regalías, con ingresos estimados de 4 billones en 2025 y 8 billones en 2026.
La estrategia busca reducir el gasto tributario, cercano al 7% del PIB, eliminando exenciones ineficientes. Ávila enfatizó un enfoque progresivo, con ajustes escalonados al IVA y revisión de beneficios fiscales para garantizar equidad. Sin embargo, el rechazo previo del Congreso a una reforma similar en 2024 anticipa un trámite legislativo complejo.
El déficit también se atribuye a deudas de la pandemia y al ajuste del precio de la gasolina para sostener el Fondo de Estabilización de Combustibles.
