El proyecto de ley “One Big Beautiful Bill Act” en EE. UU., que impone un impuesto del 3,5% a las remesas, amenaza los ingresos de miles de familias colombianas. Este gravamen reduciría el flujo de divisas clave para la economía, afectando consumo y comunidades locales.
En 2024, Colombia recibió 11.848 millones de dólares en remesas, un récord histórico, según Global66, superando al petróleo como principal fuente de divisas, per Confecámaras. Solo en marzo de 2025, ingresaron 1.089 millones, un 21,8% más que en 2024, destacando su relevancia para el 3,21% del PIB.
Tomás Bercovich, CEO de Global66, advierte que el impuesto mermará significativamente los ingresos familiares. Las remesas, usadas para educación, salud y ahorros, sostienen a hogares donde el 26,9% vive en pobreza, según el DANE, y son vitales para el consumo local.

Un ejemplo ilustra el impacto, enviar 50 dólares desde EE. UU. dejaría 46,5 dólares tras el impuesto. Con Global66 (comisión del 2,8%), llegarían 45,198 dólares; con bancos tradicionales (6,2%), 43,617 dólares. A 4.000 pesos por dólar, la familia recibiría 180.792 o 174.468 pesos, frente a 200.000 pesos originales.
Este recorte afectaría economías locales, especialmente en regiones dependientes de remesas, ralentizando el crecimiento. En Colombia, el consumo privado, motor del PIB con un alza proyectada del 2,8% en 2025 per BBVA Research, podría debilitarse, limitando la recuperación económica.
Santiago Mejía, de Global66, señala que si las remesas de 2024 se hubieran canalizado por su plataforma, los colombianos habrían ahorrado 402,9 millones de dólares en comisiones, unos 1,57 billones de pesos, gracias a tarifas competitivas frente al 6,2% del mercado tradicional.
Ante la incertidumbre legislativa, expertos recomiendan diversificar plataformas de envío, priorizando bajas comisiones y mejores tasas de cambio. Fortalecer la educación financiera y explorar inversiones seguras también ayudaría a mitigar el impacto en las familias.
El proyecto, aún en trámite, genera preocupación en un país con 2,5 millones de migrantes venezolanos, según Migración Colombia, que compiten por recursos. Las remesas son un pilar económico cuya reducción podría agravar desigualdades.
