El Aguardiente Amarillo de Manzanares vuelve a Bogotá tras dos años de ausencia, gracias a la Resolución No. 00000793 de Cundinamarca. Este retorno impulsa a la Industria Licorera de Caldas (ILC) en un mercado que consume 15 millones de botellas anuales.
La Secretaría de Hacienda de Cundinamarca emitió el 5 de junio de 2025 la autorización para que la ILC distribuya el Aguardiente Amarillo por 10 años. La decisión acata un fallo de la Corte Constitucional del 4 de febrero, que eliminó restricciones a la venta interregional de licores, promoviendo la libre competencia.
La disputa comenzó en 2023, cuando Cundinamarca revocó el permiso de comercialización, afectando un mercado clave.
Diego Angelillis Quiceno, gerente de la ILC, celebró la noticia: “Es una oportunidad para ganar mercado, pues los consumidores valoran la calidad del Aguardiente Amarillo”. La bebida, reconocida por su sabor, competirá con marcas locales como Néctar en un sector que aporta $287.043 millones anuales en impuestos, per la Secretaría de Hacienda.
El fallo de la Corte resolvió tensiones sobre monopolios de licores, que financian salud y educación. La ILC, ahora autorizada en cinco departamentos, incluyendo Antioquia y Nariño, planea campañas para relanzar el producto. En 2023, la empresa vendió 7,2 millones de botellas, un aumento frente a las 40.000 de 2018, según Caracol Radio.
La reintroducción del Aguardiente Amarillo podría dinamizar el comercio en Bogotá, donde el sector licorero genera el 2% del PIB regional, según Fedesarrollo. Sin embargo, la competencia con licores locales y la regulación de precios, con botellas a $45.000 frente a $90.000 en canales no oficiales, serán desafíos.
Angelillis destacó el respaldo de distribuidores para abastecer Cundinamarca. La ILC espera que el relanzamiento refuerce su posición en un mercado donde el consumo creció un 5% anual desde 2021, según Juan Gonzalo Zapata de Fedesarrollo.
Revista COP 