El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, duplicó los aranceles al acero y aluminio importados al 50%, según una orden ejecutiva firmada este martes. La medida, efectiva desde el miércoles, busca proteger la industria siderúrgica estadounidense, pero despierta temores de represalias comerciales.
En marzo, Trump había eliminado exenciones a los aranceles del 25% al acero y 10% al aluminio, impuestos en su primer mandato bajo la premisa de seguridad nacional. Ahora, con la nueva tasa del 50%, el gobierno apunta a reducir la entrada de metales extranjeros, especialmente de Canadá, Brasil, México, Corea del Sur y China, principales proveedores de EE.UU., el mayor importador de acero tras la Unión Europea.
El Instituto Estadounidense del Hierro y el Acero reportó que las importaciones de acero cayeron un 17% en abril frente a marzo, antes del nuevo incremento. Empresas exportadoras anticipan una caída aún mayor, afectando sus operaciones y precios. La medida también impactará industrias dependientes, como la automotriz y la de alimentos enlatados.
Rick Huether, director de Independent Can Co., expresó preocupación por el encarecimiento del acero europeo que utiliza su empresa para fabricar latas decorativas. “Hemos suspendido inversiones y tememos que los clientes opten por alternativas como plástico”, afirmó, cuestionando si los aranceles son una táctica negociadora o una estrategia permanente.
Reino Unido logró mantener sus aranceles en 25%, gracias a negociaciones comerciales con Washington. Sin embargo, otros socios, como Canadá y México, enfrentan el impacto total, lo que podría tensar relaciones comerciales y desencadenar represalias, según analistas del sector.
Trump defendió la medida en un mitin en una fábrica de acero, argumentando que el 50% disuadirá a las empresas de importar y fomentará la producción local. “Nadie podrá eludir esta barrera”, aseguró, destacando la necesidad de fortalecer la industria para la defensa nacional.
Hasta mayo, la producción de acero crudo en EE.UU. se mantuvo estable, pero los nuevos aranceles podrían alterar la dinámica del mercado global. Los costos para los consumidores y las industrias manufactureras probablemente aumentarán, según expertos.
Revista COP 