Caída del petróleo impacta ingresos de Colombia, advierte ANIF

La reciente caída del precio del petróleo, con el Brent descendiendo un 7,3% en abril y la canasta OPEP situándose en US$68,98 por barril, pone en riesgo las finanzas externas de Colombia, según un análisis del Centro de Estudios Económicos ANIF.

Esta reducción, la más baja del año, afecta directamente al país, donde el crudo representa el 30,3% de las exportaciones, según el DANE. Menores ingresos por barril exportado presionan la balanza comercial y la tasa de cambio, en un contexto donde el peso colombiano ya se depreció un 5,2% frente al dólar en 2025, de acuerdo con el Banco de la República.

La OPEP recortó su producción en 106.000 barriles diarios en abril, totalizando 40,92 millones de barriles, en un intento por estabilizar los precios ante una demanda global debilitada por tensiones entre EE. UU. y China. Sin embargo, la oferta de países no OPEP también cayó, con proyecciones de crecimiento ajustadas a la baja en 100.000 barriles diarios debido a una contracción del 5% en inversiones de exploración.

Este escenario genera incertidumbre fiscal para Colombia, que depende de las divisas del petróleo para el 20% de sus ingresos corrientes, según el Ministerio de Hacienda.

Oportunidades y retos en un mercado volátil

A pesar de la coyuntura, ANIF identifica oportunidades para Colombia si mantiene su producción estable mientras otros países la reducen.

La OPEP proyecta un aumento de la demanda global de 1,3 millones de barriles diarios para la segunda mitad de 2025, lo que podría impulsar una recuperación de precios. Sin embargo la volatilidad persiste, agravada por la guerra comercial entre EE. UU. y China y una menor inversión en proyectos petroleros en potencias como EE. UU. y Canadá, que enfrentan rentabilidad limitada con precios bajos.

El informe de ANIF subraya la urgencia de una política energética coherente en Colombia. La transición hacia fuentes renovables, como los proyectos solares y eólicos adquiridos por Ecopetrol recientemente, debe acelerarse para reducir la dependencia del crudo, que expone al país a choques externos. Además, se requiere incentivar la inversión extranjera en hidrocarburos para mantener la competitividad, en un momento donde el capital global se retrae.

Sin una estrategia diversificada, Colombia seguirá vulnerable a un mercado petrolero que cambia rápidamente, con implicaciones directas en su estabilidad macroeconómica.

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