El proyecto de cobre Alacrán, uno de los más prometedores de Colombia, pasó completamente a manos chinas tras la compra del 50% restante de la participación de la canadiense Cordoba Minerals Corp. por US$128 millones.
Esta transacción, liderada por JCHX Mining Management Co., consolida la presencia china en el sector minero colombiano y reafirma el interés asiático en minerales clave para la transición energética.
La operación, anunciada por Cordoba Minerals, incluye un pago inicial de US$88 millones en efectivo, US$12 millones diferidos (pagaderos al inicio de la producción comercial o en 36 meses) y hasta US$28 millones adicionales ligados al precio internacional del cobre. Además, abarca la transferencia de las subsidiarias locales de Cordoba, Minerales Córdoba y Exploradora Córdoba, junto con todos sus activos de exploración en Colombia.

El proyecto Alacrán, ubicado en Puerto Libertador, Córdoba, es visto como una joya minera, con una producción proyectada de 450 toneladas de cobre anuales, 700 onzas de oro y 6 millones de onzas de plata, tras una inversión estimada de US$400 millones.
Impacto en el mercado minero
El cobre, esencial para vehículos eléctricos y redes de energía renovable, es un pilar de la transición energética global. En 2024, su precio internacional promedió US$4.2 por libra, según el London Metal Exchange, un 15% más que en 2022, lo que subraya el valor estratégico de Alacrán.
La salida de Cordoba Minerals, tras una década de exploración, marca un punto de inflexión para la minería colombiana, donde la inversión china ha crecido un 20% en los últimos cinco años, según la Agencia Nacional de Minería.
Sin embargo, el traspaso plantea retos para el gobierno colombiano, que debe garantizar que el proyecto cumpla con estándares de sostenibilidad y beneficie a las comunidades locales.

Cordoba Minerals afirmó que sus operaciones en Colombia seguirán “sin cambios”, aunque no aclaró si continuará en otros proyectos mineros. Mientras, JCHX Mining asume el control de un yacimiento que podría iniciar producción comercial en 2026, fortaleciendo la posición de China en el suministro global de cobre.
El desarrollo de Alacrán será clave para medir el equilibrio entre inversión extranjera y desarrollo regional en un sector minero que aporta el 2% del PIB colombiano, según el Dane.
El futuro del proyecto dependerá de cómo se gestionen los compromisos sociales y ambientales en un contexto de creciente demanda global por minerales estratégicos.
