El Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf) advirtió que el Gobierno colombiano podría necesitar recortar hasta $75 billones del Presupuesto General de la Nación 2025 para cumplir con la Regla Fiscal, en un contexto de crecientes presiones fiscales y deterioro de las finanzas públicas.

El Carf destacó que el principal factor de riesgo es la reserva presupuestal de 2024, que alcanzó $52,3 billones (3,1% del PIB). Esta reserva podría incrementar el gasto público en $26,4 billones este año, según el Informe al Congreso de abril de 2025. A esto se suma el impacto del aumento del salario mínimo decretado en diciembre de 2024, que elevaría los costos de los salarios públicos en $28,5 billones (1,6% del PIB). Estos factores, no contemplados en el escenario base, agravan la situación fiscal.

En 2024, el déficit fiscal del Gobierno nacional escaló al 6,7% del PIB, mientras la deuda neta alcanzó el 59,3% del PIB, reflejando un deterioro significativo. “El alto nivel de gasto, la inflexibilidad presupuestal y el creciente costo del servicio de la deuda son retos centrales”, señaló el Carf, subrayando la urgencia de medidas correctivas.

Retos estructurales a largo plazo

El informe proyecta presiones sustanciales en el gasto público durante la próxima década, especialmente en el Sistema General de Participaciones (SGP), salud, pensiones e intereses, que podrían representar un 2,3% del PIB anual. El modesto crecimiento del PIB tendencial limita la capacidad de estabilizar las finanzas públicas, mientras la rigidez del presupuesto reduce el margen de maniobra.

El Carf recomienda reducir la inflexibilidad presupuestal, fortalecer los ingresos estructurales y garantizar la sostenibilidad fiscal de nuevas reformas. En el ámbito global, anticipa una desaceleración económica, inflación en descenso y presiones fiscales persistentes, lo que complica el panorama para Colombia.

A nivel local, el Carf prevé una reactivación productiva en 2025, con inflación convergiendo hacia la meta del Banco de la República y un déficit de cuenta corriente sostenible. Sin embargo, la sostenibilidad fiscal dependerá de ajustes significativos en el gasto y de la capacidad de aumentar ingresos sin comprometer la recuperación económica.