Colombia diversifica mercados sin debilitar alianza con EE. UU., afirma Laura Sarabia

La estrategia comercial de Colombia busca nuevos horizontes sin romper la relación histórica con Estados Unidos, su mayor socio económico. En un contexto de tensiones arancelarias globales, la canciller Laura Sarabia destacó que la diversificación de mercados es una prioridad, pero no un reemplazo de la alianza con Washington.

Cifras que sustentan la relación bilateral

En 2024, el intercambio comercial entre Colombia y EE. UU. alcanzó los 36.700 millones de dólares, según la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR). Las exportaciones colombianas, lideradas por petróleo, oro, café, flores y manufacturas como puertas y ventanas, sumaron 17.700 millones de dólares, un 9,8% más que en 2023.

Por su parte, las importaciones desde EE. UU., principalmente maquinaria, vehículos y químicos, totalizaron 19.000 millones de dólares, con un crecimiento del 7,7%. Esta balanza, con un superávit de 1.300 millones de dólares para EE. UU., refleja la solidez de la relación.

Sin embargo, la imposición de un arancel del 10% por parte de la administración Trump en abril de 2024 a productos colombianos generó preocupación entre exportadores. La medida, aunque la menos severa aplicada a América Latina, afecta la competitividad de sectores clave. La respuesta del Gobierno ha sido diplomática, liderada por la ministra de Comercio encargada, Cielo Rusinque, quien negocia con Washington para mitigar el impacto.

Diversificación con visión estratégica

Sarabia subrayó que la diversificación no implica un quiebre con EE. UU., sino una adaptación a un entorno global volátil. Colombia explora mercados en Asia, África y América Latina para reducir su dependencia de un solo socio, una estrategia alineada con las necesidades de las Pymes y sectores como la agroindustria. “Estados Unidos seguirá siendo un socio estratégico, y trabajaremos para que así sea”, afirmó la canciller en Bogotá.

El Ministerio de Comercio, respaldado por la Cancillería, busca equilibrar la apertura comercial con la protección de los intereses nacionales. Esta política de “suma de aliados” responde a un panorama donde la incertidumbre arancelaria global exige mayor flexibilidad.

La diversificación comercial abre oportunidades para sectores estratégicos, pero plantea retos logísticos y de competitividad. Mientras las negociaciones con EE. UU. avanzan, el impacto de los aranceles en las exportaciones sigue bajo análisis.

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