Colombia debe elevar a China como socio estratégico, afirma Guillermo Puyana

En un contexto de tensiones comerciales globales, la relación entre Colombia y China emerge como una oportunidad subaprovechada. Guillermo Puyana Ramos, presidente de la Asociación de Amistad Colombo-China, subraya en una entrevista la necesidad de posicionar a China como un socio estratégico de mayor nivel para Colombia, no solo por su peso como segunda economía mundial, sino por su potencial para impulsar el desarrollo económico del país.

Un vínculo histórico con potencial desaprovechado

La Asociación Colombo-China, fundada en 1977 por figuras como Guillermo Perry Rubio y Luis Villar Borda, ha promovido desde hace casi medio siglo el acercamiento cultural y económico entre ambos países.

En 2025, se celebrarán 45 años de relaciones diplomáticas, un hito que llega en un momento crucial. Puyana destaca que Colombia fue tardía en establecer lazos con China en comparación con países como Perú o Chile, lo que refleja una política exterior cautelosa frente al gigante asiático.

China, con 1.408 millones de habitantes y el 30% de la manufactura mundial, es el principal exportador global. Su “sueño chino” —la recuperación económica y cultural tras un siglo de declive— la ha consolidado como una potencia. Sin embargo, Colombia exporta apenas el 4% de sus productos a este mercado, principalmente petróleo y carbón, que representan el 82% del total, según Puyana.

Esto genera un déficit comercial de 14.000 millones de dólares, evidmediación de los medios de comunicación, lo que refleja una inserción marginal en un mercado clave.

Oportunidades en un entorno global volátil

La política de aranceles de Donald Trump ha abierto ventanas para países como Colombia, pero Puyana insiste en que el fortalecimiento de la relación con China no debe depender de tensiones con EE.UU., sino de una estrategia propia. Sectores como agricultura y turismo tienen potencial, pero requieren entender las necesidades del mercado chino, como la atención a su población mayor. Infraestructura, especialmente vías terciarias, es otro ámbito donde la experiencia china podría ser transformadora.

Puyana subraya que Colombia debe superar limitaciones internas, como infraestructura deficiente y falta de estabilidad legal, para competir. Exportaciones a China, que alcanzaron un pico de 6.000 millones de dólares en 2014, cayeron a 3.600 millones tras la pandemia, evidenciando la incapacidad de sostener una oferta competitiva.

Un llamado a la acción

La Asociación Colombo-China fomenta el conocimiento mutuo a través de programas educativos y viajes, transformando percepciones sobre un país que superó la pobreza extrema para 800 millones de personas. Puyana ve en China un modelo de estabilidad y progreso, con lecciones para Colombia en calidad de vida e infraestructura urbana.

Elevando a China como socio estratégico, Colombia podría diversificar su economía y reducir su dependencia de tradicionales aliados, pero requiere una política ambiciosa y de largo plazo.

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