Colombia registró en 2024 una reducción en la pobreza multidimensional, que cayó a 11,5 %, su nivel más bajo en más de una década, de acuerdo con los datos presentados este martes por el DANE. La cifra representa una caída de 0,6 puntos porcentuales frente al 2023 y significa que más de 251.000 personas dejaron esta condición el último año. Sin embargo, el contraste entre zonas urbanas y rurales sigue siendo marcado.

En términos absolutos, el nuevo nivel implica que poco más de seis millones de colombianos continúan siendo clasificados como pobres multidimensionales. Por dominios geográficos, el indicador alcanzó 7,8 % en las cabeceras municipales, mientras que en la ruralidad fue de 24,3 %, es decir, más de tres veces mayor. La mayor disminución porcentual se dio precisamente en las zonas rurales y centros poblados, con una caída de 0,8 puntos porcentuales frente al año anterior.

La medición, basada en el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), considera cinco dimensiones clave: educación, salud, trabajo, condiciones de vivienda y bienestar de la niñez y juventud. En total, agrupa 15 variables y se basa en la Encuesta Nacional de Calidad de Vida, que para esta edición incluyó a más de 85.000 hogares en los 32 departamentos del país.

Según Piedad Urdinola, directora del DANE, la tendencia a la baja se ha mantenido desde el repunte durante la pandemia, cuando el indicador alcanzó el 18,1 % en 2020. En 2024, la mayoría de los componentes del IPM mostraron mejoría, con una caída destacada de 2,3 puntos porcentuales en el rezago escolar. Sin embargo, hubo un retroceso preocupante: las barreras de acceso a servicios de salud crecieron 1,1 puntos.

Este último incremento se refleja en un mayor uso de remedios caseros: mientras que en 2023 el 9,9 % de las personas con síntomas leves optó por esta vía, en 2024 la proporción subió a 13,2 %. En cifras, 600.000 personas más reportaron haberse enfermado sin acudir a un profesional médico.

Aunque el Comité de Expertos en Pobreza validó la calidad de los datos presentados, también recomendó fortalecer la logística y el alcance en zonas rurales dispersas, donde persisten retos estructurales que podrían afectar la precisión de los resultados.