La economía mundial se enfría. El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo sus proyecciones de crecimiento global para 2025 al 2,8 % y al 3 % en 2026, una rebaja de medio punto y tres décimas, respectivamente, frente a sus estimaciones de enero.
La causa: el recrudecimiento de la guerra comercial liderada por Estados Unidos bajo la administración Trump, que ya impuso aranceles de hasta el 125 % a China y del 20 % a la Unión Europea, elevando la tensión económica global a niveles no vistos en un siglo.
El nuevo informe World Economic Outlook del FMI, publicado este martes, alerta del «impacto significativo» que este giro proteccionista tendrá sobre la economía global, que ya opera en un contexto de incertidumbre política y financiera. Aunque el organismo admite que una eventual desescalada arancelaria podría impulsar la recuperación, el diagnóstico actual es sombrío: “Los niveles extremadamente altos de incertidumbre política tienen un impacto directo en la actividad económica mundial”.

El FMI advierte que la economía global está mucho más interconectada que en épocas anteriores de proteccionismo, por lo que el impacto de los aranceles será más amplio. Hoy, la mayoría de los bienes comercializados son insumos intermedios que cruzan varias fronteras antes de convertirse en productos finales. Por eso, cualquier interrupción (como la que ya se vivió durante la pandemia) puede tener efectos dominó sobre múltiples economías.
Estados Unidos, Europa y China bajo presión
Entre las economías avanzadas, las previsiones también se ajustaron a la baja. Estados Unidos crecería apenas 1,8 % en 2025, casi un punto menos que lo previsto en enero, y la zona euro apenas un 0,8 %. En el caso de China, las tensiones comerciales se suman a los problemas estructurales del sector inmobiliario y a una caída sostenida en la confianza de los consumidores. “El aumento de los aranceles ha afectado de forma desproporcionada a la economía china”, sostiene el informe.
Además, los mercados ya muestran señales del deterioro: las principales bolsas del mundo han registrado caídas y los rendimientos de los bonos se han disparado. Según el FMI, esta reacción refleja el creciente temor de los inversionistas a un entorno comercial incierto, donde las empresas prefieren frenar inversiones y los bancos adoptan posturas más cautelosas en el otorgamiento de crédito.
Colombia también sufre el golpe
En América Latina, Colombia no es ajena al contexto global. El FMI redujo su proyección de crecimiento del PIB para 2025 del 3 % al 2,4 %, y del 2,9 % al 2,6 % en 2026. Aunque el país mantiene fundamentos económicos relativamente sólidos, la dependencia del comercio internacional y la exposición a los flujos financieros globales limitan su margen de maniobra frente a un entorno global adverso.

Inflación persistente y menor dinamismo
El informe también advierte que el proceso de desinflación será más lento de lo previsto. La inflación global se moderará a 4,3 % en 2025 y a 3,6 % en 2026, con revisiones al alza para las economías desarrolladas. En paralelo, los indicadores de alta frecuencia (como ventas minoristas y encuestas de confianza empresarial) ya muestran señales claras de desaceleración. La contratación laboral también se ralentiza en varios países, mientras que los despidos aumentan.
El FMI concluye que, si bien aún hay espacio para la esperanza (especialmente si se logran acuerdos que aporten estabilidad al comercio internacional), por ahora, el panorama es de enfriamiento y vulnerabilidad global. La resiliencia del sistema económico mundial, en palabras del organismo, está siendo “puesta a prueba”.
