Aníbal Roa Villamil, cofundador de Molinos Roa y referente de la agroindustria colombiana, murió a los 90 años el 19 de abril de 2025 en Neiva. Su legado, construido durante más de cinco décadas, consolidó a la Organización Roa Florhuila (ORF) como un motor de empleo y desarrollo en el Huila y el país.
De Viotá al liderazgo arrocero
Nacido en Neiva, Roa Villamil inició su trayectoria en el sector cafetero en Viotá, Cundinamarca, tras estudiar Derecho en Bogotá. Sin embargo, su visión lo llevó a apostar por el arroz, un cultivo con mayor continuidad productiva. En 1968, junto a sus hermanos Rafael Vicente y Ramón Hernando, fundó Molinos Roa, instalando su primera planta en el Huila.

La marca Roa, formalizada en 1974, marcó el inicio de una expansión que transformó el sector. En 1986, la adquisición de Florhuila y, en 2014, la consolidación de ORF fortalecieron su posición, con marcas como Roa, Florhuila, Doña Pepa y Gustamar, y nueve plantas en Huila, Meta, Casanare y Tolima.
ORF genera hoy más de 1.800 empleos directos y es un pilar de la economía regional. Según datos del Ministerio de Agricultura, el sector arrocero aporta cerca del 0,8% del PIB agrícola nacional, con el Huila como uno de los principales productores, gracias en parte al impulso de Roa Villamil. Su modelo empresarial familiar, basado en disciplina y visión, fue destacado por el gobernador del Huila, Rodrigo Villalba, quien señaló que “construyó un símbolo de progreso, generando miles de empleos”.
Un legado que trasciende el Huila
El fallecimiento de Roa Villamil, tras complicaciones de salud que lo llevaron al Hospital Universitario de Neiva, generó condolencias de líderes y gremios. La Cámara de Comercio del Huila lo describió como “uno de los empresarios más influyentes del país”, resaltando su rol en posicionar al Huila como potencia arrocera. Su impacto también se refleja en la competitividad del sector, que enfrenta retos como la volatilidad de precios internacionales y la modernización tecnológica. En 2024, la producción arrocera colombiana alcanzó 2,9 millones de toneladas, según la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz), con ORF como actor clave.
El futuro de la agroindustria colombiana dependerá de sostener legados como el de Roa Villamil, mientras el sector navega un contexto de presiones climáticas y comerciales que demandan innovación y resiliencia.
