El Banco de la República reveló en su primer informe de 2025 que la deuda externa de Colombia alcanzó los USD 202.010 millones al cierre de enero, equivalente al 48,23% del Producto Interno Bruto (PIB).
La cifra representa un aumento de USD 4.528 millones frente a enero de 2024, cuando el monto era de USD 197.482 millones y representaba el 53,56% del PIB. Aunque el valor absoluto creció, la menor proporción respecto al PIB sugiere un desempeño económico más robusto que ha diluido el peso relativo del endeudamiento.
El sector público sigue siendo el principal responsable de esta carga, con USD 113.602 millones, lo que equivale al 56,2% del total. Este monto aumentó USD 535 millones en comparación con enero del año pasado y USD 407,31 millones frente a diciembre de 2024, consolidándose como el componente más significativo tanto en valor como en su impacto en el PIB.
El informe destaca que este crecimiento refleja las necesidades de financiación del Estado para sostener gasto social e infraestructura en un entorno global volátil.
Por su parte, el sector privado acumuló una deuda de USD 88.408 millones, representando el 43,8% del total. En el último año, este segmento creció en USD 5.063,27 millones, evidenciando una mayor dependencia de financiamiento externo por parte de las empresas. Sin embargo, al igual que el sector público, su peso relativo disminuyó gracias al incremento del PIB, lo que analistas interpretan como una señal de estabilidad en el entorno empresarial colombiano.

Tendencia histórica y comparación con la pandemia
El nivel actual de 48,23% del PIB está lejos del pico histórico de mayo de 2021, cuando la deuda externa llegó al 57,68%, impulsada por el gasto público durante la pandemia de COVID-19. Desde entonces, Colombia ha reducido esa proporción en casi 10 puntos porcentuales, mostrando una tendencia de consolidación fiscal. Sin embargo, frente al 43,5% de 2019 (antes de la crisis sanitaria), aún hay un aumento de 4,73 puntos, lo que indica que el país no ha vuelto del todo a los niveles prepandemia.
El informe también señala una trayectoria ascendente del endeudamiento externo desde 2011, un periodo de 14 años en el que Colombia ha recurrido al financiamiento internacional para apoyar su desarrollo y estabilizar las finanzas públicas. Aunque esta estrategia ha permitido enfrentar choques económicos, la dependencia sostenida plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo y la capacidad de reducir la carga sin comprometer el crecimiento.
