La avalancha de políticas y declaraciones controvertidas de Donald Trump está alejando a los turistas internacionales de Estados Unidos, según expertos y datos recientes. Tourism Economics, una firma no partidista de Oxford Economics, proyecta una caída del 5,1% en los viajes entrantes para 2025, un giro drástico frente al crecimiento del 9% previsto a finales de 2024. Esta reducción implica una pérdida estimada de 64,000 millones de dólares en gasto total, combinando turismo interno y extranjero, un 3,7% menos que lo anticipado en diciembre.
Adam Sacks, presidente de Tourism Economics, señala que los aranceles, la retórica imperialista y las detenciones de viajeros con visas legales están “haciendo retroceder los viajes internacionales varios años”. Canadá y México, que en 2024 aportaron 36 millones de visitantes (cerca de la mitad del total extranjero), lideran el descenso.
Las reservas aéreas desde Canadá a EE.UU. cayeron un 70% respecto al año pasado, según OAG, y Statistics Canada reportó un desplome del 23% en cruces fronterizos en auto durante febrero, tras aranceles anunciados por Trump.

El sector enfrenta un impacto significativo. La Asociación de Viajes de EE.UU. (USTA) advirtió que una reducción del 10% en viajes canadienses costaría 2,100 millones de dólares y 140,000 empleos hoteleros. Aerolíneas como Delta y United ya recortaron previsiones y rutas a Canadá por la “gran caída del tráfico”, según Scott Kirby, CEO de United. Incluso antes de estas medidas, la recuperación pospandemia era frágil, con un dólar fuerte y largas esperas para visas retrasando el retorno a niveles de 2019, proyectado ahora más allá de 2026.
Un borrador de prohibición de viajes, que podría afectar a 43 países como Bielorrusia y Camboya, agrava las tensiones. “¿Por qué visitar un lugar hostil con detenciones arbitrarias?”, cuestiona Mallory Henderson, una británica que canceló un viaje a Boston. Sacks añade que el sentimiento antiestadounidense, exacerbado por políticas impopulares en Europa, recuerda la Segunda Guerra del Golfo, pero “ahora es mucho peor, con Europa tratada como adversario en una guerra comercial de suma cero”.
Eventos como la Ryder Cup 2025, la Copa Mundial de la FIFA 2026 y los Juegos Olímpicos de 2028 podrían resentirse si persiste esta tendencia. Aunque el gasto doméstico mitiga parte del daño, la combinación de fricciones geopolíticas y posturas confrontacionales plantea un desafío a largo plazo para un sector que lucha por recuperar su atractivo global.
