El reciente aumento de $76 en el precio del ACPM, que lo llevó a $10.536 por galón según la Creg el 25 de marzo de 2025, desató la furia de los transportadores de carga, quienes acusan al Gobierno de incumplir acuerdos de septiembre de 2023. Nidia Hernández, presidenta de Colfecar, calificó el ajuste de “inaceptable”, señalando que las mesas de diálogo para una nueva fórmula de precios están paralizadas por los cambios en los ministerios de Hacienda y Minas tras la salida de Ricardo Bonilla.

Arnulfo Cuervo, de Fedetranscarga, destacó que el compromiso era mantener el diésel congelado hasta definir esa metodología, pero el Gobierno justificó el alza con un decreto que suma $35 por galón a Ecopetrol como ingreso al productor. Ambos líderes critican que se use el precio del Golfo de México como referencia, cuando Colombia refina localmente el 90% de su ACPM, según el Minhacienda, lo que debería abaratar costos.

El combustible representa el 40% de los gastos operativos del sector, y este incremento (que eleva el ACPM un 15% desde enero de 2024) se suma a un alza del 27% en peajes y más de 800 bloqueos viales en el último año. Hernández advirtió que los fletes subirán, impactando alimentos y bienes de consumo, mientras la inseguridad y cierres viales reducen la productividad, con vehículos perdiendo hasta un 20% de viajes mensuales.

Sin avances en las negociaciones, los gremios exigen una reunión urgente y no descartan un paro nacional. “La rentabilidad está en jaque, y muchos pequeños transportadores podrían quebrar”, afirmó Hernández, subrayando el riesgo para la cadena de abastecimiento.