El Banco de la República lanzará en septiembre de 2025 su sistema de pagos inmediatos Bre-B, una plataforma interoperable que permitirá transferencias instantáneas entre entidades financieras sin costo en la mayoría de los casos. Este cambio promete revolucionar las transacciones en Colombia, pero plantea un giro inesperado para Transfiya, la pionera en pagos inmediatos que podría desaparecer como marca en el segundo semestre del próximo año.
Gustavo Vega, presidente de ACH Colombia —creadora de Transfiya—, adelantó a Forbes que “es probable que la marca desaparezca” bajo el dominio de Bre-B, aunque su tecnología seguirá operando. Con más de 438 millones de transacciones procesadas en 2024 entre 25 entidades aliadas, Transfiya dejará de ser el sello visible para los usuarios, quienes identificarán sus pagos con la nueva plataforma del banco central.

Bre-B ampliará las opciones de identificación para pagos, incluyendo cédula, correo electrónico o códigos alfanuméricos, además del celular —hasta ahora exclusivo de Transfiya—. Las entidades tienen hasta mediados de 2025 para aliarse con socios tecnológicos o desarrollar su propia infraestructura y cumplir con el estándar de procesar transacciones en menos de 20 segundos.
Competencia y adaptación en el mercado financiero
Tras cinco años en el mercado, Transfiya enfrenta un entorno donde bancos, fintechs y el mismo Banco de la República competirán con sus propios sistemas de pago. Vega destacó que la experiencia acumulada y tarifas competitivas serán su ventaja, incluso si la marca se diluye. En febrero, la plataforma ya lanzó una versión robusta que cumple las regulaciones de Bre-B y amplía servicios como recaudo y dispersión de pagos para comercios.
El impacto en el sector financiero colombiano es inminente. Según la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones (CCIT), el volumen de pagos digitales creció un 22% en 2023, y Bre-B podría acelerar esta tendencia al reducir fricciones entre entidades. Para las Pymes, que representan el 80% de las empresas del país per el DANE, la gratuidad de Bre-B y la flexibilidad de llaves de pago podrían aliviar costos operativos.
Sin embargo, la transición no está exenta de retos. Las entidades que no desarrollen su propia tecnología dependerán de aliados como Transfiya, cuya red seguirá siendo clave para conectar el ecosistema. Este modelo de “rieles compartidos” busca inclusión, pero la competencia definirá quién lidera la experiencia del usuario en un mercado en plena evolución.
El futuro de los pagos electrónicos en Colombia se perfila hacia mayor control y personalización. Los usuarios podrán gestionar sus llaves de pago —bloquearlas o cambiarlas—, adaptándose a un sistema que prioriza rapidez y seguridad. Hasta entonces, Transfiya se posiciona como un puente hacia Bre-B, aprovechando su historial para no quedar relegada.
