La Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) dio a conocer esta semana el balance del recaudo tributario de enero de 2025, mostrando un crecimiento del 5,9% frente al mismo mes de 2024, al alcanzar $32,83 billones frente a $31,02 billones del año anterior. Sin embargo, este monto quedó $1,9 billones por debajo de la meta de $34,5 billones proyectada por el Ministerio de Hacienda y la propia DIAN, lo que reaviva las dudas sobre la capacidad del Gobierno para cumplir sus ambiciosos objetivos fiscales este año.
El informe detalla que el 88,6% del recaudo ($29,09 billones) provino de la actividad económica interna, liderada por el IVA, que aportó $12,02 billones (36,6% del total), y la retención en la fuente por renta, con $11,5 billones (35,2%). El comercio exterior contribuyó con el 11,4% restante ($3,74 billones), reflejando una dependencia significativa de los impuestos al consumo y las importaciones. “Es un inicio positivo, pero el déficit respecto a la meta preocupa”, señaló el equipo de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, proyectando un descalce anual de $20 billones frente a los $298,7 billones esperados por el Gobierno.

La DIAN destacó que estrategias de fiscalización y cobro sumaron $4,23 billones adicionales, con $1,35 billones (31,8%) desde expedientes en Direcciones Seccionales y $1,27 billones (30,1%) vía cobro persuasivo. Estas acciones buscan compensar un arranque que, aunque supera el de 2024, no alcanza las expectativas oficiales. Los recursos ya financian rubros clave: $7,07 billones al servicio de la deuda, $4,98 billones a educación, $4,21 billones a salud y $3,35 billones al sector laboral.
Analistas ven riesgos en el horizonte. La meta anual implica un salto de $55,2 billones sobre 2024, un desafío ante la desaceleración del consumo y la incertidumbre global. “El déficit fiscal sigue siendo el elefante en la habitación”, acotan desde el Banco de Bogotá, sugiriendo que el Gobierno podría necesitar ajustes para evitar un desbalance mayor.
