El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) publicó el 24 de febrero su informe del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de enero de 2025, revelando las ciudades colombianas donde el costo de vida es más bajo este año. Estas urbes se destacan por precios accesibles en vivienda, transporte, servicios públicos y bienes de primera necesidad, convirtiéndose en opciones atractivas para quienes buscan estirar sus ingresos. A continuación, el top de las seis ciudades más económicas, basado en la variación promedio de precios:
- 1. Neiva (Huila): 0,23%
Con un IPC del 0,23%, Neiva se corona como la ciudad más barata para vivir en Colombia. Su economía, anclada en la agricultura y el comercio local, mantiene estables los costos de alimentos y servicios. La Cámara de Comercio del Huila señala que la cercanía a fuentes productivas reduce los gastos de distribución, beneficiando a los hogares.

- 2. Valledupar (Cesar): 0,44%
Valledupar registra un IPC de 0,44%, gracias a su actividad agroindustrial y menor presión urbana. La producción de ganado y cultivos locales ayuda a contener los precios, mientras el transporte interno sigue siendo accesible para sus habitantes.

- 3. Riohacha (La Guajira): 0,48%
Con un IPC de 0,48%, Riohacha aprovecha su economía basada en la pesca y el comercio informal. Su baja densidad poblacional y menor dependencia de bienes importados mantienen los costos diarios en niveles manejables.

- 4. Sincelejo (Sucre): 0,5%
Sincelejo, con un IPC del 0,5%, ofrece estabilidad gracias a su enfoque en bienes esenciales y comercio regional. Findeter destaca que su crecimiento moderado evita las presiones inflacionarias de urbes más grandes.

- 5. Montería (Córdoba): 0,51%
Un IPC de 0,51% posiciona a Montería como una opción económica, impulsada por su comercio y ganadería. La Alcaldía local resalta que la oferta de productos agrícolas y servicios básicos sigue siendo competitiva.

- 6. Florencia (Caquetá): 0,67%
Florencia cierra el top con un IPC de 0,67%, beneficiada por su producción local y menor urbanización. Su entorno rural y la disponibilidad de recursos propios ayudan a que los costos no se disparen.

El Dane explica que estas ciudades tienen ventajas por su infraestructura y dinámica económica. Neiva, por ejemplo, reduce gastos logísticos al estar cerca de zonas agrícolas, mientras Riohacha y Florencia enfrentan menos presión en el mercado inmobiliario por su tamaño. Valledupar y Montería, con economías agropecuarias sólidas, mantienen precios bajos en alimentos y transporte. Sincelejo, meanwhile, equilibra su oferta y demanda sin los encarecimientos de las grandes capitales.
