El Metro de Bogotá, uno de los proyectos más ambiciosos de la capital, alcanzó un hito clave con un avance del 46% en su construcción, según anunció el alcalde Carlos Fernando Galán el 24 de febrero de 2025. Este progreso, que podría llegar al 50% para finales de mes, no solo promete revolucionar la movilidad de la ciudad, sino también inyectar un impulso financiero significativo con la renovación de 1,4 millones de metros cuadrados de espacio público y la dinamización económica de nueve localidades. La primera línea, con 23,9 kilómetros y 16 estaciones, movilizará hasta 72.000 pasajeros por hora y beneficiará a cerca de un millón de personas diariamente.

Galán destacó que los 3 kilómetros ya construidos del viaducto, sostenidos por casi 300 columnas, reflejan un ritmo acelerado de obra, con jornadas de 24 horas que apuntan a cumplir el cronograma para 2028. “Desde el último trimestre de 2024, avanzamos un 2% mensual, y esperamos cerrar febrero en 50%”, afirmó en su cuenta de X. El trayecto entre el Portal Américas y la Calle 72, que hoy toma hasta una hora y media entre tráfico y obras, se reducirá a solo 27 minutos, un ahorro de tiempo que podría traducirse en mayor productividad y menores costos para los ciudadanos.

El impacto económico va más allá de la movilidad. La inversión de $4,3 billones hasta ahora, con un 75% aportado por Bogotá, ha transformado sectores como Bosa, donde el patio taller produce pilotes y vanos para el viaducto. Sin embargo, la incertidumbre crece tras el aplazamiento presupuestal del Gobierno Nacional, que podría recortar fondos. Galán advirtió que la ciudad asumiría esa carga vía deuda, un costo que considera menor frente a los $500 millones diarios que implicaría parar la obra. La renovación urbana asociada, con estaciones que integrarán comercios y oficinas distritales, promete revitalizar la economía local y atraer inversión privada.

La presencia china, con un 4% de la fuerza laboral y señalización en mandarín, subraya la magnitud global del proyecto. Los trenes eléctricos, que llegarán en septiembre de 2025, consolidarán un sistema sostenible que reducirá costos operativos a largo plazo frente a alternativas fósiles. Según Leonidas Narváez, gerente del Metro, las estaciones no solo serán nodos de transporte, sino polos comerciales que potenciarán el desarrollo.